Sección ENCUENTROS

Entrevista de
Silvia Eva Agosto Riera
La entrevistadora es profesora de Lengua
Castellana y Literatura en el IES «Francisco Giner de los Ríos»
de Alcobendas (Madrid) y del Máster Universitario en Formación
del Profesorado de la Universidad Complutense de Madrid.
seagosto@ucm.es
Fotografías de la autora para APE Quevedo y de la web de la Facultad de Educación.
La poeta Vanesa Pérez-Sauquillo participó el 28 de enero de 2025 en la décimo quinta edición de los Diálogos literarios que organiza la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid en colaboración con la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo». El acto contó con la presencia de la autora a la que acompañaron en la mesa Silvia Eva Agosto Riera y Olga Pérez Herrero.

En esta ocasión, la poeta Vanesa Pérez-Sahuquillo conversó con estudiantes y profesores sobre la creación poética, la educación literaria y la escritura creativa en las aulas de secundaria.





En una entrevista realizada al finalizar el encuentro con profesores y futuros docentes, la autora conversó con Letra 15 sobre su trabajo literario, las influencias que han marcado su escritura y hasta algunas propuestas para trabajar la poesía en el aula.
─Yo diría que vivo entre huracanes. En los períodos en los que me llega la inspiración poética (ese «fulgor» del que hablaba Dante), esta arrambla con todo. Pero no me ocurre de forma continuada, sino cada cierto tiempo. A veces, pasan años. Así que, cuando estoy bajo los efectos de la poesía (que también puede ser poesía infantil), dejo todo lo demás, porque soy consciente de que estoy viviendo algo extraordinario y debo hacerlo en profundidad. La prosa, en cambio, la puedo convocar más fácilmente. Tengo mis trucos, como cada escritor. Para las novelas me ayuda la constancia, la estabilidad. Encontrar un rincón en el que las palabras fluyan, una especie de portal espacio-temporal donde dejar el hilo de la narración y encontrarlo intacto al día siguiente.
─Cuando decidí ser escritora quise estudiar Filología para saber lo que otros habían hecho antes. Autores a los que volvía una y otra vez durante los años de carrera fueron Lorca, San Juan de la Cruz (con la música de Amancio Prada), Cortázar, Calvino... Al acabar la universidad, publiqué mi primer libro (gracias al premio Antonio Carvajal, que edita Hiperión) y comencé a salir con el poeta escocés Niall Binns. A través de él conocí a una serie de poetas vivos fascinantes: Juan Carlos Mestre, Fernando Beltrán, Guadalupe y Félix Grande, MAMS, Francisca Aguirre, Jorge Reichmann… El contacto cotidiano con creadores más mayores que yo, a la vez que con otros de mi edad (Álvaro Tato, Gonzalo Escarpa, Ariadna G. García, Carmen Jodra, Ignacio Vleming…) fue muy enriquecedor. Yo ya había encontrado eso que algunos llaman «mi propia voz». Pero la presencia de estos poetas en mi vida fue muy inspiradora en todos los sentidos.
─Para mí, fundamentalmente cargada de presente. Pero, con su debido respeto a Celaya, grandísimo poeta, no me gustan demasiado las metáforas bélicas. Prefiero ver la poesía como un instrumento que nos abre a otras realidades. O mejor todavía, que las crea a través del lenguaje.
─-Sí, y bajo su propio punto de vista, no tan pequeño (risas). Decía Michel Tournier que un escritor es aquel que ha encontrado las palabras para describir su propio universo. En el caso de los poetas, y siguiendo el hilo de la pregunta anterior, algunos no se limitan a describir un universo conocido y predeterminado. Dan a luz lo que antes no existía.
─Definitivamente. En general, no es fácil vivir de los derechos de autor. Tanto los premios como las conferencias, talleres y encuentros, ayudan a que los escritores/as puedan vivir de su trabajo. Pero los premios, bajo mi punto de vista, pueden ser especialmente útiles para el creador/a que está empezando. Cuando uno no tiene contactos en el mundo editorial, como fue mi caso, te abren las puertas a la publicación y también ofrecen más repercusión mediática. Además, aportan prestigio. Pero en los últimos años se está dando una tergiversación del sistema: hay premios que, en vez de impulsar a creadores noveles y servirles de plataforma, buscan el contagio de la fama de los galardonados, según su número de seguidores. Hay premios y premios. Conviene saber distinguir.
─Yo creo que es interesante todo aquello que, a partir de un texto, palabra o idea sirva de trampolín para potenciar su propia creatividad. Por ejemplo, hacer poesía Black Out (traducido como poesía «tachada» o «revelada»). Consiste en pedir a los estudiantes que tachen con rotulador negro frases enteras de un texto. Al final, dejarán solo una serie de palabras que, unidas en la lectura, formen algo significativo para ellos. Esta actividad me ha hecho pasar muy buenos momentos en los talleres.
Diálogos literarios es una iniciativa que promueve desde hace doce cursos la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo» junto con la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Se trata de encuentros con un autor o autora y tiene como objetivo acercar a los profesores y a los futuros docentes a ciertos escritores cuyas obras motivan a los alumnos a la lectura.
Hasta el momento se han realizado los siguientes diálogos situados en los últimos cursos: