Letra 15. Revista digital
Revista digital de la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo» de Madrid - ISSN 2341-1643

Sección TECNOLOGÍAS

Sacad los móviles, vamos a leer

Parte 2 de 7

2. Dramatización

Cuatro sesiones de clase del profesor con sus alumnos, unas en el aula y otras más allá de ella, concentran el juego dialéctico; cuatro escenas en las que se recorre completo el camino del aprendizaje de las principales habilidades avanzadas de lectura digital.

Que cualquiera puede remedar, si atiende a los requisitos y aclaraciones del Postfacio.

 

2.1. Escena primera.
En el aula: el Patio de Monipodio y los pícaros adolescentes

 

2.1.1. Primera sesión. Diccionarios digitales

[Primer narrador] Terminada la explicación, dice el profesor:

—Cambio de tercio: lo avisamos ayer. Sacad los móviles, vamos a leer. Continuaremos con nuestras lecturas de las Novelas ejemplares de Cervantes. El otro día trabajamos La ilustre fregona, hoy le hincaremos el diente a Rinconete y Cortadillo. Os adelanto que por la novelita deambulan chavales como vosotros, y habrá quien se reconozca en alguno de los personajes, unos pícaros adolescentes de tomo y lomo.

Esta vez no solo vamos a localizar las palabras cuyo significado no conozcamos, para anotarlas en el cuaderno y añadir a su lado el significado más apropiado que nos ofrece el diccionario de papel. Daremos un paso más.

Hoy las palabras cuyo significado no conozcamos con seguridad las vamos a buscar directamente en el diccionario digital de nuestro terminal, primera posibilidad, si lo hacemos fuera de línea, o bien, segunda posibilidad, las buscaremos en la web del Diccionario de la RAE, Real Academia Española de la Lengua, si estamos conectados en línea, por ejemplo utilizando aquí en el aula la red wifi del instituto.

Comencemos por esto último. Vamos a conectarnos.

—¿Y cuál es la contraseña, profe? La wifi está protegida y me la pide.

—La seña es la fecha del día, sin espacios: 26052013.

—Pues yo no consigo conectarme.

—Ni yo.

—Profe, a lo mejor es porque pone ceros y no oes.

—Era eso, ya estoy listo. Gracias, tío.

—Muy bien hecho. Eso espero de vosotros, que los más expertos apoyéis a los que no lo somos. Este mundo digital tiene tanto detalle puñetero —ojo, que aquí sí viene a cuento la expresión— y tanta casuística que toda ayuda es poca. Cuantos más ojos estén mirando, mayores posibilidades de resolver los problemas y remover los obstáculos que van surgiendo.

Estos experimentos de lectura digital son siempre mejorables, y confío en que descubramos juntos nuevas maneras de hacer las cosas: la cooperación es imprescindible. ¿Estamos de acuerdo? Pues activad los telefoninos...

—Profe, es que me he dejado el móvil en casa.

—Pues yo tengo un móvil de Atapuerca, que no vale para esto, el nuevo me lo van a regalar por mi cumpleaños el mes que viene.

—Y el mío está sin batería, se me olvidó cargarlo ayer.

B01.CoolReader

—«¡Oh, pecador de mí!», digo yo como dice Cervantes en La ilustre fregona. Pues poneos con algún compañero, pero tomad buena nota del procedimiento, que lo tendréis que hacer más tarde, cada uno lo suyo, y a practicar, practicar y practicar. ¿Vamos bien así? ¿Todo el mundo ha activado el CoolReader o la aplicación lectora que tenga y ha abierto el archivo electrónico de las Novelas ejemplares?

—A mí no se me abre.

—¿Qué formato de archivo estás utilizando y qué aplicación lectora?

—Formato fb2 y la aplicación Kindle.

—Que no, tú, que esos dos son incompatibles.

—Así es. Por favor, abre la versión en formato fb2 o en formato epub pero en el CoolReader, el Kindle solo abre el mobi. El otro día configuramos la aplicación para la lectoescritura en español y os envié por correo electrónico la URL de Internet de la biblioteca digital con la dirección de descarga de la obra: activad el hiperenlace que aparece en el email y enseguida en el navegador se abrirá la página web con las versiones de la obra; entonces escoged la que corresponda.

—Profe, a mí no me funciona la wifi, no la coge.

—Pues que un compañero te pase el archivo del libro por alguna vía inalámbrica: Bluetooth, Wifi Direct, Bump o lo que uséis para intercambiar.

—Ya se me ha bajado el archivo, pero no me sale, no puedo abrirlo porque no sé dónde está en el móvil, no lo encuentro.

—Recordad que el móvil con sistema Android –que está basado en el sistema operativo de código abierto Linux–, también está organizado en carpetas que contienen archivos, como el ordenador con Windows o MAX, MAdrid_LinuX. 

B03.Download

Con el CoolReader activado, pulsa en el centro de la pantalla, en más opciones (More-Abrir archivo) y navega hasta la carpeta /Download, allí suele estar el archivo que has descargado. Si, como parece, ya hemos conseguido todos tener abierto el libro de Cervantes, hacemos clic en...

—Profe, se dice «pulsamos en», no «hacemos clic», eso es con el ratón y en el ordenador.

—Por supuesto, tienes toda la razón, hay que hablar con propiedad siempre. Sigamos adelante: pulsamos y en el menú que aparece volvemos a pulsar en la opción Tabla de contenidos, que es una traducción literal de la expresión anglosajona Table of Contents, aunque en realidad es el índice de capítulos de toda la vida, pero con la ventaja de que al pulsar, gracias al hipertexto, se activa el vínculo y saltamos a la página deseada.

B04.TOC

Pulsamos, pues, en el capítulo titulado Novela de Rinconete y Cortadillo. En mi dispositivo se me abre la página 323, de un total de 1273 páginas que tiene la obra, según se puede comprobar en el encabezado que se ve arriba. Hablando con propiedad, deberíamos decir 1273 pantallas y no 1273 páginas, pero en fin...

B05.Paginación

—Profe, a mí se me abre en la página o pantalla 545 de 2.144.

—No pasa nada. Es normal que existan diferencias entre los terminales. Lo que quizás sucede es que estás utilizando un tamaño de letra, también llamada fuente, grande: tú verás si te resulta más cómodo.

En la lectura digital hay que combinar dos objetivos en cierta medida contrapuestos: que la fuente tenga el tamaño más legible, aumentándola, y que el tamaño de la pantalla permita leer el mayor número posible de palabras, para que la lectura sea más fluida, lo que se consigue precisamente disminuyendo la fuente.

B06.Fuente

Se puede consultar el tamaño de fuente y su tipo en las opciones. Por ejemplo, si hago la letra más grande, subo a 42 puntos, me voy a la página o pantalla 352 de un total de 1.391. Por la mañana temprano yo prefiero leer con cuerpos de letra grandes, porque el ojo se tiene que afinar, pero más tarde bajo el tamaño, como tengo comprobado, y leo mejor.

B07.Letra.grande

—Yo la tengo a 15 puntos.

—Pues yo a 32 puntos.

—Pues yo la he bajado a 40 puntos, pero es que tengo un dispositivo diferente al vuestro y utilizo el tipo de letra Palatino Lynotipe. ¿Y vosotros qué fuente estáis usando?

B08.Options-Font

—Me dice que uso Droid Sans.

—Pues yo la Droid Serif.

—Las diferencias tipográficas son como los gustos para la música, la pintura o la comida: hay que educar la sensibilidad y poco a poco apreciar las diferencias y disfrutar con ellas. La lectura digital permite que el lector pruebe y elija lo que le convenga más.

Según parece, en la lectura silenciosa leemos a saltos, reconociendo las formas de las palabras y las frases, comparándolas con las de nuestra memoria. Un autor dice que las cualidades lectoras proceden de hace millones de años, cuando nuestros antepasados tenían que reconocer en un instante los perfiles fugaces (las formas) de los animales que se ocultaban en la sabana, por si fueran depredadores (UNGER, 2011).

Cuanto más lees, mejor lees, gracias a que recuerdas otras lecturas, en un proceso que se retroalimenta a sí mismo.

B09.Fonts

En el repositorio web de la clase hay una carpeta /fonts con las fuentes Palatino, Bookman Old Style y Century School Book, para abrir el apetito tipográfico de los más valientes. Solo hay que copiar la carpeta mencionada con la aplicación ES Explorador u otro administrador de archivos en la carpeta /sdcard del móvil. Ello posibilita que después, en el CoolReader, se puedan escoger entre diferentes tipos de letra y comprobar qué tal se lee con ellas.

B10.Fuente.Palatino

Venga, hagamos eso antes de iniciar la lectura. Fijaos en que si la fuente es la Palatino o la Droid Serif, las letras o caracteres individuales tienen terminales (serif), cuya utilidad es ayudar a la lectura indicando la dirección y el sentido, y diferenciar unos caracteres de otros con los que se pueden confundir.

B11.Palatino-Screen

En cambio, en la Droid Sans, que es sans serif, sin terminales, los caracteres son más nítidos, sin aristas finas, para que no se emborronen en las pantallas, que tienen menor definición que el papel.

Aunque, la verdad sea dicha, eso era antes, ya que ahora la resolución de las pantallas se va acercando a la del papel impreso, -que tiene 300 ppp, puntos por pulgada-, por lo que se puede usar la fuente tipográfica que se prefiera.

—Profe, yo he puesto la Palatino. Mazo de bien.

—Y yo la Bookman. La verdad es que mola.

—Pues yo he dejado la Droid Sans, que mi pantalla es pequeña y no se ve muy bien.

—De acuerdo. «Con su pan se lo coma», como veréis pronto que escribe Cervantes. Vale. Vamos a leer Rinconete y Cortadillo: en mi terminal ocupa desde la página o pantalla 324 hasta la 421, según puedo ver en la tabla de contenidos. ¿Y en el vuestro?

—Yo de la 521 a la 677. Tengo puesta la fuente Palatino a 14 puntos.

B13.Copiar.venta

—Leamos ya, chicos, y hagamos lo siguiente: pescar palabras desconocidas para buscar su significado, aplicarle a cada una la medicina de la doble pulsación rápida, dejando apoyado el dedo y en la barra de dirección emergente, pulsar en la opción de Copiar texto seleccionado. Acto seguido buscaremos esa referencia en el diccionario para poder hacernos una idea más exacta de su sentido preciso.

B14.COPIAR

¿Qué tal si comenzamos con el término «venta», que aparece en la frase inicial de la novela?:

En la venta del Molinillo [...], un día de los calurosos del verano, se hallaron...

Tras las pulsaciones, el texto se ha copiado en el portapapeles (clipboard) del terminal y resta pegarlo en la aplicación del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE).

B16.Dicc.RAE

Como no la tenemos instalada todavía, vamos a bajar la aplicación de la Red desde Google Play, o del repositorio común donde se guarda una copia, e instalarla en nuestro terminal. De paso bajaremos también la aplicación Sinónimos. Seguro que recordareis que el diccionario no contiene sinónimos, únicamente las diferentes acepciones, por lo que necesitamos una aplicación específica.

B17.Dicc-RAE-pegar

Al abrir la aplicación DRAE se presenta una celda en la que al pulsar en ella una vez para señalar, y otra más se ofrece la opción de Pegar el texto del portapapeles. Hay que pulsar de nuevo en la flecha azul para insertar el término que nos interesa.

A continuación se pulsa en el icono correspondiente para que se realice la búsqueda, la cual genera muchos resultados. Decid, ¿qué acepción es la más apropiada a nuestro caso?

B18.Dicc.RAE-venta

—Profe, creo que es la número 4, que dice «Casa establecida en los caminos o despoblados para hospedaje de los pasajeros».

—En efecto, en una venta del camino comienzan su aventura novelesca los chavales protagonistas de la novela ejemplar. ¿A todos os ha funcionado el procedimiento? Veo que sí.

Pues esta es una manera que, si no llevo mal la cuenta, implica usar nueve pulsaciones, unas cortas, otras normales y otras rápidas, pasando de la aplicación CoolReader a la aplicación DRAE, cruzando entre una y otra a través del portapapeles.

Luego hay que volver al libro con otras pulsaciones más, para poder seguir leyendo donde nos quedamos. Entre medias, gracias a la aplicación citada, hemos realizado una consulta en línea a la web de la Real Academia, para lo que se necesita una conexión wifi, como la que tenemos en el Instituto, o de datos móviles, cuya tarifa la paga cada uno.

Esto está muy bien, «mola», desde luego, pero también hay otras formas de hacerlo, que os quiero mostrar para que podamos enjuiciar qué método es el más apropiado en cada caso.

—Va, tú, qué guay, así no hay que traerse el diccionario de papel, que es un tochaco.

—Pues sí, pero una cosa no quita la otra. Siempre conviene tener a mano un diccionario, sea en el soporte que sea. Podemos tener varios en la biblioteca de aula, por si acaso.

—Está bien, profe, pero el mío lo voy a dejar en casa, para que lo use mi hermana, que está en Primaria y no tiene móvil todavía.

B19.Diccionario.Calzones

—En fin, pasemos ahora al segundo sistema de consulta del diccionario: el de fuera de línea o consulta interna en el terminal. Estos son los primeros pasos: aplicamos la doble pulsación en una palabra desconocida del texto digital para que se abra la barra con los iconos: esta vez pulsamos en el botón de diccionario.

B20.DICCIONARIO

—Me dice que no está activado ningún diccionario.

—En efecto, se me había olvidado, necesitamos cargar el diccionario que interese. Para ello, pulsamos en el centro de la pantalla del CoolReader, de nuevo en Opciones y escogemos como Diccionario la opción ColorDict new.

B21.Diccionario-ColorDict

Esta aplicación gratuita de software libre permite la consulta simultánea de varios diccionarios. Vamos a descargarla de la Red o del repositorio, como ya sabéis todos hacer de maravilla, y la instalamos en el terminal.

Por último, copiamos con ES Explorador de archivos desde el repositorio web de la clase la carpeta /dictdata, que contiene los archivos con los diccionarios, y la pegamos en la carpeta /sdcard del móvil.

Ya está: tenemos las tres cosas, una aplicación lectora, CoolReader; una aplicación para buscar en diccionarios, ColorDict; y unos diccionarios digitales estandarizados en los que llevar a cabo la búsqueda fuera de línea, desconectados, como por ejemplo uno basado en el de la Real Academia, que su compilador llama miniRAE.

Estamos listos para retomar la lectura del texto cervantino e iniciar la búsqueda. Que el primero que encuentre el significado de un término extraño lo diga en voz alta.

B22.Marcador.calzones

—Profe, he encontrado una palabra rara, «lienzo», que significa «tela que se fabrica de lino, cáñamo o algodón»: de eso es de lo que se hacían los calzones de los chavales. Creo que es una cachondada de Cervantes, que dice enseguida que llevaban «medias de carne», es decir, que eran tan pobres que no llevaban medias, ¿no es eso?

—Pues efectivamente, pero, ¿sabes con seguridad lo que son los calzones?

—Pues los calzoncillos.

—Frío, frío.

—Yo lo he buscado en el diccionario, profe, y los calzones son los pantalones.

—¡Toma, tío!

—Pues precisamente de esto se trata, chicos, de leer tranquilamente, buscando lo que desconocemos, pero también lo que creemos saber pero no estamos seguros, y en realidad desconocemos también. El diccionario es nuestro amigo, nuestro colega y compañero: esto que estáis haciendo, que es buscar las palabras en el diccionario con tres pulsaciones...

—Profe, son cuatro pulsaciones, porque luego hay que tocar en el botón de atrás para volver al libro.

—¡Tres, cuatro pulsaciones! Únicamente cuatro pulsaciones, es un milagro. Os confieso, chicos, que esto es vivir el sueño del profesor de Lengua: que los alumnos se despepiten por consultar el diccionario.

Mi abuelo Arturo, que era maestro en una escuela de aldea, me hacía dejar de jugar a las cartas, a la escoba, en la que hay que sumar quince, y me obligaba a levantarme a coger el diccionario para buscar la palabra. Yo bufaba, claro. Pero ahora es diferente, qué suerte tenemos.

—Profe, iba a preguntar qué es «despepitarse», pero mejor lo he buscado en el diccionario, ¡y aparece!

—Pues yo he buscado «bufar», que referido a una persona significa «Manifestar su ira o enojo extremo de algún modo», aunque también coloquialmente puede ser «Soplar». ¿Qué es lo que hacías exactamente, profe?

—Las dos cosas, soplar y… cabrearme. Así vamos bien, exprimiendo el diccionario. Venga, oigamos más palabras.

—«Sestear», «dormir la siesta».

—«Alnado», «hijastro».

—«Polainas», «una prenda...»

—«Bulero», «que distribuye las bulas de la Santa Cruzada...»

B23.Dicc.Color-buldero

—¿Y sabes lo que eran esas bulas? ¿No?

Pues si pulsas en la palabra «bulas» dentro del párrafo explicativo del diccionario, se selecciona la palabra, se escribe, y se puede realizar una nueva búsqueda tocando el icono correspondiente.

B24.BUSCAR.MINIRAE

Entonces se presentan en pantalla las nuevas acepciones, aunque para que funcione correctamente, antes le debes quitar la ese del plural de «bulas» y dejar sólo «bula». Hay que tener cuidado con los plurales en el diccionario, ya sabéis.

B25.Dicc.Color.Bula

Y así sucesivamente, se puede ir saltando de término en término. Eso es el hipertexto, pero en el interior del diccionario. También se puede borrar la palabra buscada pulsando en la x roja y escribir una nueva, examinar los resultados, saltar a una de las acepciones, y de esa a otra y así sucesivamente. Una maravilla, propia de un nuevo deporte: el salto de diccionario de la lengua.

Además, si pulsáis a la vez el botón físico de encendido y el botón central inferior podéis sacar pantallazos (screenshots) de la pantalla del móvil, lo que a los profesores digitales nos viene muy bien además.

Eso es precisamente lo que voy a hacer, un montón de pantallazos y los voy a subir al aulavirtual, para que el que quiera repasar esta actividad pueda hacerlo. Vosotros podéis hacer los vuestros también, y consultarlos en la Galería, junto con las otras imágenes del móvil.

—Profe, no te vayas por las ramas, que te entusiasmas y pierdes el hilo principal.

—Tienes razón, ahora cada uno a lo suyo, a practicar la lectura silenciosa individual. No se os olvide colorear en el libro la palabra una vez buscada en el diccionario, que más adelante exportaremos la lista con ese vocabulario buscado, y me la enviaréis para que yo la revise.

—Profe, la aplicación llama a eso marcadores.

—Eso es, marcadores, bookmarks, en el sentido de palabras marcadas. Como seguro que no nos dará tiempo a terminar la lectura en lo que queda de clase, podéis continuar leyendo cuando haya ocasión, en el autobús, en el Metro, en el coche, andando a casa o en el retrete, que el móvil va a cualquier parte con vosotros, que lo sé yo, y traéis leída la novelita y coloreados los marcadores para la siguiente sesión de clase, que será...

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2.1.2. Segunda sesión. Marcadores

[Primer narrador] Concluidas las correcciones, dice el profesor:

—Esta última parte de la sesión de hoy la dedicaremos a lectura digital. Saquemos los móviles, toquemos en la aplicación lectora y abramos Rinconete y Cortadillo. Id pasando las páginas de forma rápida y calculad a ojo qué media de términos en cada página habéis coloreado como marcadores por ser desconocidas o dudosas. ¿Cuántos más o menos?

—En mi caso, profe, dos o tres palabras por página.

—Pues yo, tres o cuatro por pantalla.

—Y yo lo mismo...

—No está mal, tampoco son tantas, pero son unas cuantas. Eso significa que el diccionario es imprescindible para enterarse mejor de lo que Cervantes, o cualquier autor, quiere decir. Si no lo usamos, nos perdemos muchos matices o, incluso podemos equivocar todo el sentido. Los marcadores coloreados nos lo indican.

B26.Marcador.Descripcion.muchachos

Ahora vamos a hacer una práctica de búsqueda digital no de término sino de concepto. Queremos crear unos marcadores con las descripciones físicas que hace Cervantes de los protagonistas, Pedro del Rincón y Diego Cortado, y, por supuesto, del señor Monipodio. Los primeros aparecen al inicio de la novelita, como recordaréis, y el último, a lectura mediada.

B26bis.Marcador-Monipodio

Se puede utilizar la opción de Búsqueda interna del CoolReader, para encontrar la frase, y mediante la doble pulsación y el arrastre colorearla entera para convertirla en un marcador. Las barras deslizantes permiten ampliar la selección a la siguiente página o acortarla.

—Las barritas se las traen profe, o se pasan o se quedan cortas.

—Sí, tiene su maña. Para terminar el ejercicio, vamos a exportar los marcadores que hemos creado mediante nuestras pulsaciones y crearemos con él un único archivo de texto que resume las dudas y búsquedas de cada uno.

B27.Marcadores

Tocamos en el centro de la pantalla para que se abran las opciones y de nuevo en el botón Marcadores. Ello nos lleva a una pantalla en la que se relacionan todos los marcadores.

B28.Marcadores-todos

Podemos pulsar en cualquiera de ellos y saltamos con el hipertexto a la página correspondiente, para poder leer de nuevo la palabra en su contexto.

Ya hemos reflexionado otras veces sobre la importancia de la relectura, que ofrece muchas sorpresas, muy agradables.

Recordad que clásico significa vigente, no antiguo ni pasado de moda: más bien lo contario. Clásico es lo que todavía nos habla, que su significado no se agota, que cada vez dice cosas nuevas, que releerlo es fuente segura de descubrimientos.

—Espera, profe, que para volver a la lista de marcadores no funciona el botón de Atrás.

—Cierto, hay que pulsar de nuevo en el centro de la pantalla y abrir los Marcadores. Hagámoslo y quedémonos ahí.

B29.Exportar-Marcadores

Si pulsamos ahora en el botón de Menú contextual, se presentan varias opciones. La que nos interesa ahora es la de Exportar marcadores.

B30.Marcadores.exportacion.txt

Pulsamos en ella, y ya está: un mensaje emergente nos dice por un instante en qué carpeta se ha guardado el nuevo archivo de texto, que resulta ser la misma carpeta en la que tenemos el archivo del libro electrónico; en nuestro caso, en la de descargas /Download.

B31.Marcadores-listado

El archivo se llama como el libro, con el añadido de .bmk.txt y lo podemos abrir desde el propio CoolReader, utilizando la opción Abrir archivo. Se muestra entonces un texto de varias páginas que reúne todos los marcadores, enunciando los términos y su localización en el texto en forma de porcentaje.

Es un poco feo pero nos vale. En la cabecera se puede saber cuántas páginas ocupan los marcadores, y dado que hay unos tres o cuatro por página, es posible calcular el total de ellos. Pero no es necesario hacerlo.

Para concluir, enviad el archivo a nuestra cuenta (lectodigitantes@gmail.com), adjuntándolo a un correo electrónico.

—Oye, profe, ¿nos enseñarás a jugar a la veintiuna, como los pícaros?

 —Debe ser como la escoba a la que jugabas de pequeño con tu abuelo, ¿no?

—¿A la veintiuna? Eso está hecho, chicos. Pero antes rematemos la sesión resumiendo algunas conclusiones de toda esta experiencia:

  • El diccionario digital, mola.
  • Mola más dar tres pulsaciones que trece.
  • En consecuencia, busquemos los atajos y ahorremos pulsaciones, que la lectura nos cundirá más.

Los profesores y los estudiantes tenemos que ponernos en contacto con los desarrolladores de aplicaciones para aconsejarles sobre nuestras necesidades y pedirles que mejoren sus aplicaciones, por ejemplo, disminuyendo las pulsaciones necesarias para hacer las cosas.

—Pero profe, eso no sabemos hacerlo nosotros.

—¿Cómo que no? El autor de la aplicación Cool Reader que estamos usando se llama Vadim Lopatin y en la Red usa el alias de buggins. Le conozco, es un decir, desde que hacía firmware para los primeros aparatos lectores (ereaders) de tinta electrónica, los Papyre, cuando solo unos locos minoritarios leían en artefactos en el Metro o el autobús. Hace lo menos cuatro o cinco años, una eternidad.

Precisamente el otro día le he escrito para pedirle que modifique la aplicación de manera que sea posible seleccionar y buscar en el diccionario una palabra que ya forma parte de un marcador y está coloreada, lo que ahora no es posible.

—¿Y lo ha hecho?

—Imagino que lo hará en cuanto pueda, uno de estos días.

—¿Qué dirección tiene?

—Espera que lo miro en la ayuda, es esta: buggins@fromru.com.

—Pues yo le voy a proponer, profe, que en la versión española, en la pantalla de Nuevo marcador escriba «Comentarios» y no «Commentarios».

—Pues mire usted qué bien, corregiremos así una errata.

—Pues yo le voy a pedir que la lista de marcadores exportados no sea tan fea.

—Hala, carretera, que ya veo que hemos terminado.

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