Letra 15. Revista digital
Revista digital de la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo» de Madrid - ISSN 2341-1643

Fotografía y Literatura

Ángel Luis Navarrete

Ángel Luis Navarrete

El autor (Madrid, 1975) se licenció en Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid. Comenzó trabajando para la extinta agencia Cover; posteriormente ha trabajado para periódicos nacionales como Público o ABC y para prestigiosas agencias internacionales como Associated Press o Bloomberg. En la actualidad presta sus servicios para el diario El Mundo e imparte la asignatura de Fotoperiodismo como profesor en el Centro universitario de artes TAI. Su pasión es la fotografía documental en la que ha obtenido algunos premios internacionales y, hoy día, es un establecido fotoperiodista que, con base en Madrid, viaja alrededor del mundo.

angelnavarrete@gmail.com

1. Un invento-milagro del siglo XIX

A través de la historia de la humanidad el hombre ha registrado algunas actividades por medio de imágenes. Los costos de los retratos escultórico o pictóricos, que eran muy elevados, exigían un esfuerzo para posar y mucho tiempo en su realización, se vieron reemplazados por esta nueva técnica, más rápida y realizada en una sola sesión. Nada representa de mejor manera la realidad que la fotografía.

Ya se conocía el concepto de cámara oscura en la Antigüedad pero fue Leonardo da Vinci el que la perfeccionó al dotarla de una lente para conseguir imágenes más nítidas. Estas cámaras servían para dibujar fielmente objetos fuertemente iluminados como se muestra en las ilustraciones.

 

Ejemplos de cámaras oscuras.

También era conocido que algunas sustancias, como las sales de plata, se oscurecían al contacto con la luz pero nadie había conseguido detener el proceso de ennegrecimiento. No fue hasta 1826 cuando Joseph Nicéphore Niépce, utilizando una cámara oscura y una plancha metálica untada con sales de plata, consiguió fijar una imagen por procesos químicos. Esta técnica la bautizó heliografía. Este gran avance tenía un gran problema y es que requería unos tiempos de exposición extremadamente largos, de varias horas, por lo cual no serviría para hacer retratos.

Primera foto de Niépce.

Con los conocimientos de Niépce, muerto repentinamente en 1833, Louis Jacques Mandé Daguerre continuó mejorando la técnica hasta desembocar en 1839 en un proceso que permitía registrar imágenes acortando los tiempos de exposición de la técnica de Niépce y que fue bautizado como daguerrotipo, (palabra que no ha pasado al lenguaje popular) obteniendo imágenes únicas sobre planchas de metal.

Era grande el asombro de quienes conocieron el daguerrotipo y lo consideraron milagroso. Daguerre cambió los derechos de su invento al gobierno francés por pensiones vitalicias para él y para el hijo de Niépce. Los franceses, vanidosos y prepotentes, ante la rápida propagación del invento, pronto lo consideraron el regalo de Francia para todo el mundo.

Con el desarrollo del daguerrotipo, las cámaras mejoraron considerablemente. Se les dotó de un fuelle para hacerlas más transportables. El arquitecto escocés Kinnear mejoró este fuelle dándole una forma en disminución.

Cámara de fuelle cónico.

Es el inglés William H. Fox Talbot, hacia 1841, quien logra otra mejora al conseguir que de la primera impresión se puedan obtener copias fotográficas. Este negativo en papel es conocido como calotipo y pronto fue sustituido por placas de vidrio impregnadas con colodión. El negativo en colodión era positivizado en papel albúmina.

En 1888, George Eastman, fundador de Kodak, comienza a vender una cámara que bautiza Kodak 1; era una cámara económica, fácil de usar: contiene un rollo de papel con emulsión fotosensible que, agotadas sus tomas, debe llevarse para ser revelada y sustituir por un nuevo rollo fotosensible. En 1891 la empresa de Eastman se expandirá mundialmente, especialmente cuando logra mejorar los carretes que pueden cargarse fácilmente incluso en zonas iluminadas. En 1895 Kodak lanzó al mercado la Pocket Kodak, pequeña cámara de carrete de celuloide. Y fue la primera que se fabricó en serie. Esta cámara fue decisiva para la democratización y popularización de la fotografía.

Publicidad de Kodak: «Usted aprieta el botón, nosotros hacemos el resto».

Otro hito en la popularización de la fotografía fue la irrupción de las cámaras Leica, desarrolladas a partir de 1913 por Oskar Barnack. Se caracterizaban por utilizar película estándar de cine, mucho más pequeña que la película utilizada por las cámaras Kodak, lo cual permitía reducir considerablemente el tamaño de la cámara.

Durante el siglo XX muchas marcas intentaron conquistar este mercado fotográfico en auge, tanto en la parte de fabricación de película (Fuji, Kodak, etc.) como en la producción de cámaras (Canon, Nikon, Pentax, Minolta, etc.).

Otro gran avance ha sido la irrupción de la fotografía digital. Aunque la primera fotografía digital la hizo Steve Sasson, ingeniero de Kodak, en 1975, este tipo de fotografía no empezó a popularizarse hasta la década de 1990. Por ahora el último avance son los actuales smartphones que llevan montada una diminuta cámara, con lo cual la inmediatez y la accesibilidad a la fotografía es total.

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2. Aspectos técnicos de la fotografía

Una fotografía tiene valor en sí misma y su primera visión nos acerca al mundo de las emociones. Algunas de sus características dependen del encuadre y planos, ángulos de cámara, géneros, la luz, el contraste, el enfoque o la textura.

  1. El encuadre son los límites, casi siempre rectangulares, con los que el fotógrafo realiza su fotografía. Si relacionamos la fotografía con la figura humana podemos hablar de panorámica o gran plano general (fotografía de un amplio escenario o de una multitud de personas), plano general (fotografía del ser humano en su entorno), plano entero (la figura humana, cabeza y pies, limita con los bordes inferior y superior del cuadro), plano americano o tres cuartos (fotografía la parte superior del ser humano, desde sus rodillas), plano medio (encuadra la figura humana desde la cintura), primer plano (muestra hombros y cabeza), primerísimo plano (focaliza la cara del personaje) y plano detalle (destaca un detalle que normalmente pasa desapercibido).
  2. La colocación de la cámara produce diversos ángulos. Algo muy especial es lo conocido como cámara subjetiva que muestra (especialmente en el cine) el punto de vista del protagonista como si el espectador fuera el personaje de la filmación. Otros ángulos especiales enfatizan las imágenes y reciben el nombre de ángulo de cámara cenital: la cámara se sitúa completamente por encima del personaje, perpendicular al suelo; ángulo picado: la cámara se coloca oblicuamente, mirando hacia abajo, formando un ángulo de 45º; ángulo normal: la cámara se sitúa paralela al suelo y a la altura de los ojos; ángulo contrapicado la cámara se sitúa por debajo del personaje, en un ángulo oblicuo. El contrapicado extremo recibe el nombre de ángulo nadir o supino: recoge el objeto reflejado contra el cielo. Por último podemos hablar de ángulo imposible cuando la cámara está supuestamente situada en lugares como el interior de una TV o de un frigorífico o del cuerpo humano sin apertura…

    Ángulos fotográficos.

  3. Como los géneros literarios, en la fotografía, según su contenido, podemos enumerar géneros como el paisaje, el retrato, el desnudo, la fotografía periodística, la fotografía publicitaria, la fotografía polisémica y la fotografía de autor.
  4. Uno de los aspectos por los cuales la fotografía se puede considerar un arte es la composición, que básicamente es la disposición de los elementos que componen la fotografía dentro del encuadre. Vamos a enumerar algunas reglas de composición:
    • La regla de los tercios: se trata de descomponer el campo visual en tres partes horizontales y tres verticales. obteniendo 9 partes iguales. Ya hay algunas cámaras que poseen esta función integrada. El fin es situar los puntos de mayor interés de la fotografía en las intersecciones de las líneas. Esto es la simplificación de la conocida proporción áurea.
    • Simetría: la simetría es siempre agradable a la vista, puesto que se produce un equilibrio perfecto, teniendo como referente el centro de la imagen, distribuyéndose el peso visual de forma igualitaria a lo largo de la imagen.
    • Los marcos naturales: pueden ser una puerta, un árbol, la parte de una persona… Si funcionan como un marco, sirven para otorgar profundidad a la fotografía y pueden aportar distintos valores a la escena.
    • De izquierda a derecha y de arriba a abajo: en occidente leemos de izquierda a derecha y esta costumbre la trasladamos a las imágenes. Estamos acostumbrados a empezar a «leer» la imagen de izquierda a derecha y de arriba abajo. Así podemos decir que donde más peso visual aguanta la composición es en el ángulo inferior derecho.

Desde las nuevas tecnologías que nos han traído las cámaras digitales también se nos ofrecen otros apoyos y aplicaciones en las fotografías. Enumeremos algunos:

  1. PhotoLab permite cambiar el fondo, añadir un marco o filtros o efectos cómicos y realizar collages.
  2. PhotoMechanic permite seleccionar imágenes con rapidez, poner pies de foto o mandar a un servidor ftp.
  3. Lightroom ayuda a editar, organizar, almacenar y compartir. Ajusta tonos, y equilibra las diferentes cantidades de luz en todas las zonas de las imágenes.
  4. Photoshop permite editar y transformar imágenes, casi sin límites.
  5. Snapseed permite editar nuestras fotografías desde un smartphone.
  6. PhotoSuite permite mejorar imágenes con gráficos basados en texto y dibujo a mano alzada, con lápiz, tinta de lápiz, pincel pluma, acuarela, etc., o aplicar filtros con efectos de intensidad variable en la escala de grises.
  7. PhotoDirector Mobile: además de los ajustes básicos como el brillo, la exposición, el contraste y la saturación, permite colorear una parte o la totalidad de la imagen. Otra función destacada es el Eliminador de contenidos para suprimir lo que se desee sin comprometer la calidad. También incluye más de cuarenta efectos.

La popularización de la fotografía digital y de los programas para editar las fotografías ha permitido democratizar y agilizar infinitamente unos procesos de edición y transformación de las imágenes, que hasta hace no mucho estaban restringidos a expertos laborantes y/o gente con mucho dinero.

 

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3. Relación entre fotografía y literatura

Desde su invención tuvo que pasar un siglo para encontrar la primera relación entre fotografía y palabra, si exceptuamos la fotografía de textos. Todo comienza con el anclaje de un texto o algunas palabras sobreimpresas en la foto. La fuerza de la palabra reforzada por una imagen crea un llamativo concepto semántico.

Destaquemos dos características del texto sobre la foto: su colocación y su tamaño. La frase o el texto, si aparecen centrados vertical u horizontalmente, se convierten en protagonistas; si se sitúan en las esquinas servirán de introducción o cierre de la imagen. Si en las palabras se usan fuentes de gran cuerpo, el texto gana protagonismo; una tipografía pequeña es minusvalorada y puede pasar desapercibida para el observador que da más importancia a la imagen.

Los literatos comenzaron a utilizar la fotografía como recurso, además de como portada de sus libros, especialmente como apoyo en la descripción de paisajes, personas o escenas; por eso, en los libros de viajes es muy recurrido el uso de la fotografía. Es verdad que la relación entre fotografía y literatura no ha resultado tan fructífera como la de literatura y cine, pero pronto se establece una relación entre la fotografía y la narrativa, similar a la herencia de la tradicional relación entre literatura y pintura. La fotografía es un destacado producto de la sociedad industrial que va a ser aprovechado en diversas actividades artísticas. Es debido al elemento común en la comunicación al transmitir ideas y mensajes: la literatura a través de la expresión escrita; la fotografía en la expresión icónica. Esta similitud es la causa por la que no podía transcurrir mucho tiempo sin que llegaran a relacionarse.

Desde la década de los 30 del siglo XIX pueden encontrarse publicaciones periódicas europeas que incluyen ilustraciones de grabados que no van a tardar en verse sustituidos por fotografías. En España podemos destacar la revista ilustrada Semanario Pintoresco Español de Mesonero Romanos (1836), y el curioso Semanario Popular Periódico editado por Gaspar y Roig en 1862.

Portada del Semanario Pintoresco Español. Número 21 (1839).

La fotografía nace, pues, en la época en la que la Literatura está abandonando el Romanticismo (primera mitad del siglo XIX) y va a triunfar el Realismo, que desembocará en el Naturalismo como fuente plasmadora de la realidad. La literatura realista-naturalista imita la objetividad fotográfica a partir de un lenguaje sencillo y preciso. El lector percibe imágenes de la realidad no edulcorada ni espiritualizada.

Una imagen no solo ofrece una apariencia real, invita a diversas percepciones ya que la fotografía multiplica las posibilidades creativas que pueden ser aprovechadas por la ficción literaria. Un fotógrafo puede nombrarse escritor sin texto; la luz es captada por la máquina pero podemos asegurar que el fotógrafo ve más allá de la realidad que contempla el objetivo de su cámara.

Como apoyo de la literatura, que imitará las técnicas fotográficas para incrementar su actividad creadora, también la fotografía pronto representará tintes literarios o pictóricos en dos vertientes que se adaptan a la creación literaria y que relaciona literatura y fotografía: una literatura culta-elitista y una literatura de consumo.

 

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4. La fotonovela

En el apartado de la literatura de consumo hay que destacar, en primer lugar, las publicaciones denominadas fotonovelas o fotohistorias que son narraciones con fotografías. La RAE define a la fotonovela como relato, normalmente de carácter amoroso, formado por una sucesión de fotografías de los personajes, acompañadas de trozos de diálogo que permiten seguir el argumento. La fotonovela es un género editorial que aparece en Italia, entre las dos guerras mundiales, y comienza aprovechando el material gráfico sobrante de películas al que se le agregaba texto. Pronto tendrá buena acogida no solo en otras naciones europeas; también en naciones americanas, especialmente en México y Argentina. Las fotonovelas han constituido un negocio millonario durante dos décadas; por ejemplo, en México se llegaron a imprimir y distribuir setenta millones de fotonovelas mensualmente y fue el medio en el que mucha gente aprendió a leer.

Su público lector ha sido, principalmente, femenino y popular, porque sus argumentos preferentemente son sentimentales. La unión de texto y fotografía permite una lectura fácil, como sucede con el cómic o historieta, incorporado a la prensa a finales del siglo XIX, que usa los dibujos en vez de la fotografía.

Página de una fotonovela chilena.

Una narración fotográfica de este estilo se caracteriza por dos peculiaridades: economía de palabras pues se apoyan en imágenes y pátina de realismo que favorece la credibilidad de lo contado, porque prescinde de personajes ficticios especialmente si convierte en protagonistas a actores conocidos del cine o la televisión.

La fotonovela como el cómic tiene tres componentes básicos: maqueta, viñetas y bocadillos. La maqueta es la estructura: una plantilla que se utiliza para diseñar cada página; las viñetas son ocupadas por las fotografías seleccionadas y, por último, los bocadillos donde se incluye el texto que sirve de guion. Los bocadillos o globos, en su inicio, eran rectangulares; con el paso del tiempo y por influencia del cómic, se adaptan a lo que el autor quiere expresar y encaja el texto en diferentes formas, cuando quieren añadir algún aspecto de la expresión.

Ejemplos de bocadillos.

La fotonovela ha sido un producto de masas y ejemplo de narración fotográfica; es la continuadora de la novela de folletín con proyección social porque ha dado empleo a fotógrafos, guionistas y a impresores y ha servido de trampolín para actores que, posteriormente, han dado su salto al cine o a la televisión.

Cabe destacar la publicación reciente de una especie de fotonovela, La Grieta, de Carlos Spottorno, con textos de Guillermo Abril. Se trata de una novela gráfica para la cual Spottorno ha utilizado fotografías de carácter social tales como: subsaharianos en el monte Gurugú, éxodo de refugiados en los Balcanes o maniobras de la OTAN en Bielorrusia. Tras tres años de trabajo y publicaciones en prestigiosos medios, incluyendo un World Press Photo, los autores pensaron en la manera de darle una nueva vida a las 25.000 fotografías que tomó Spottorno. Las fotografías han sido tratadas como si de dibujos se tratara, por lo cual se encuentra a medio camino entre un cómic y la fotonovela. Pero lo que diferencia a La Grieta del resto de cómics y fotonovelas, es que su narración son hechos reales documentados. Además, gracias a los mapas que se incluyen y las anotaciones podremos entender mejor la situación política y social más allá de lo que escuchamos en las noticias. Una lectura muy valiosa en estos tiempos.

 

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5. Festivales de PhotoEspaña

PHotoEspaña, con sede en Madrid, propone un festival internacional de fotografía que, desde 1998 se celebra en los meses de verano, casi siempre en la capital española. Se trata de uno de los grandes foros internacionales de la fotografía de prestigio reconocido por numerosos críticos. Sus exposiciones, unidas a diversas actividades que se presentan en los principales museos y galerías de arte de Madrid, atraen cada año a medio millón de visitantes.

Entre junio y octubre de 2018 tuvo lugar la Exposición en la Biblioteca Nacional de España del festival número 20 de PhotoEspaña bajo el título La cámara de hacer poemas. En ella se exhibieron una amplia selección de libros de poesía ilustrados con fotografías. En alguna ocasión convierten algún poema en fotonovela, pero lo normal es añadir fotografías ilustrando poemas o escribir poesías sobre fotos poéticas, porque la finalidad de la exposición era demostrar que la buena poesía es fotogénica y que una buena fotografía resulta poética.

Cartel anunciador de PhE-2018.

Hagamos referencia a algunos valores de La cámara de hacer poemas al reseñar la colaboración de diversos autores con famosos fotógrafos. Así Alturas de Macchu Picchu, de Pablo Neruda, con fotos de Martín Chambi; Paranóia, del poeta Roberto Piva y el fotógrafo y diseñador Wesley Duke Lee; Poeta en Nueva York, con textos de Federico García Lorca y fotos de Oriol Maspons y Julio Ubiña; o Quizá Brigitte Bardot venga a tomar una copa esta noche, colección de collages y versos de Alfonso López Gradolí. Pero el listado no finaliza aquí pues pudieron contemplarse, además otros muchos libros con fotografías acompañadas de poemas de Max Aub, Ramón de Campoamor, Cavafis, Miguel Hernández, Blas de Otero, Nicanor Parra, etc., etc. En cuanto a la enumeración de fotógrafos citemos solo algunos de la larga lista: Antonio Cánovas, Javier Campano, Català Roca, Paz Errázuriz, Eduardo Gageiron, Costa Martins, Leopoldo Pomés, Gustavo Thorlichen

 

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6. Repaso por varios autores del siglo XX

Una expresión, casi adagio, admitida universalmente indica que una imagen vale más que mil palabras.

Ha pasado menos de un siglo desde la invención de la fotografía y Miguel de Unamuno en su libro de ensayos En torno al casticismo (1895) ya realiza algunas alusiones a la fotografía. El primer párrafo que reproduzco compara el arte clásico con las fotografías que permanecen cuando se han desechado los retratos que solo tienen interés familiar:

… hay un arte eterno y universal, un arte clásico, un arte sobrio en color local y temporal, un arte que sobrevivirá al olvido de los costumbristas todos. Es un arte que toma el ahora y el aquí como puntos de apoyo, cual Anteo la tierra para recobrar a su contacto fuerzas; es un arte que intensifica lo general con la sobriedad y vida de lo individual, que hace que el verbo se haga carne y habite entre nosotros. Cuando se haga polvo el museo de retratos que acumulan nuestros fotógrafos, retratos que solo a los parientes interesan, que en cuanto muere el padre arranca de la pared el hijo el del abuelo para echarlo al Rastro, cuando se hagan polvo, vivirán los tipos eternos.

En el segundo pasaje, el autor ilustra la idea de abstracción, definida a partir de formas concretas, similar a la sobreimpresión de figuras de personas de la misma familia que permiten obtener una imagen única.

Se suele presentar la abstracción como algo previo a la generalización cuando es efecto suyo. Recuérdese cómo se hacen fotografías compuestas, para lo cual se toman varios individuos de una familia, por ejemplo, y si son seis, se proyecta a cada uno sobre la placa, con la misma enfocación y postura en todos ellos, la sexta parte del tiempo necesario para obtener una prueba clara y distinta. De este modo se sobreponen las imágenes, los rasgos análogos; los de familia se corroboran, y los individuales o diferenciales forman en torno de aquellos un nimbo, una vaga penumbra.

La idea de que la cámara fotográfica ve cosas que pasan inadvertidas para el ojo humano se recoge en bastantes relatos. Por ejemplo en el cuento breve de Pío Baroja titulado Medium, publicado en Vidas sombrías (1900).

… para distraerle, su madre le compró una hermosa máquina fotográfica. Todos los días íbamos a pasear juntos, y llevábamos la máquina en nuestras expediciones.

Un día se le ocurrió a la madre que los retratara yo a los tres, en grupo, para mandar el retrato a sus parientes de Inglaterra. Román y yo colocamos un toldo de lona en la azotea, y bajo él se pusieron la madre y sus dos hijos. Enfoqué, y por si acaso me salía mal, impresioné dos placas. En seguida Román y yo fuimos a revelarlas. Habían salido bien; pero sobre la cabeza de la hermana de mi amigo se veía una mancha oscura…

 

Benito Pérez Galdós en La vuelta al mundo en la Numancia, de la IV serie de sus Episodios nacionales (1906) cuenta la compra por parte de un personaje, el maquinista Fenelón, de una serie de fotografías baratas de mujeres como relación entre fotografía y belleza expuesta en público. Líneas después muestra su compra, sugiriendo que las fotografiadas eran damnificadas de sus conquistas amorosas.

Un día que le sonrió la fortuna, se fue a Lima, y en la mejor fotografía de la ciudad compró una colección de retratos de mujeres, que era el más variado y sugestivo muestrario de las hermosuras limeñas. Debe advertirse que en Lima las señoras y señoritas gustaban de ostentar públicamente su belleza en las vitrinas de los fotógrafos. Esta liberal costumbre, que debieran imitar las beldades de otros países, no tenía nada de particular. Lo insólito y raro era que los fotógrafos vendiesen al público los retratos de todo el mujerío de la ciudad, y que nadie se ofendiese por esto (…) Fenelón (…) enseñó la preciosa colección de niñas bonitas, describiéndolas con acertado criterio estético, y agregando indicación de las cualidades morales, virtudes o defectillos de cada una. De este modo, sin declarar que eran sus conquistas, dejábalo entender; y cuando sobre esto se le interrogaba, se hacía el modesto y el delicado, y a sus amigos pedía que no pusieran a prueba su extremada discreción.

Pérez Galdós fotografiado en 1904.

De Ramón Gómez de la Serna, autor vanguardista asiduo a las tertulias del Café de Pombo, se conservan muchas fotos personales y familiares y en su despacho las fotografías estaban amalgamadas como un gran collage que, en ocasiones, inspiraron algunas de sus Greguerías. Leamos algunos ejemplos:

Al inventarse el cine, las nubes paradas en las fotografías comenzaron a andar.

Cuando los astrónomos fotografían la luna descubren sus pezones de perra muerta.

Al asomarnos al fondo del pozo nos hacemos un retrato de náufragos.

La bombilla que se funde nos gasta una broma de fotógrafo al magnesio.

En el fondo de los espejos hay un fotógrafo agazapado.

Cuando llueve, Dios toma fotografías.

El fotógrafo nos coloca en la postura más difícil con la pretensión de que salgamos más naturales.

En otras, aventura avances futuros como las cámaras en los parachoques de los automóviles para captar los accidentes o la comparación según la cual las máquinas fotográficas se convierten en acordeones o en viudas locas, y los fotógrafos en toreros colocándose para entrar a matar. En uno de los relatos de Los muertos y las muertas (1910) pone en escena el asunto fascinante de los álbumes de familia. Años más tarde publica El Rastro (1914) y en el apartado titulado Cuadros y fotografías encontramos el siguiente pasaje:

Estas fotografías del Rastro no son ni como las que guardan nuestros padres de parientes y amigos desconocidos, ni siquiera como las que de gentes desconocidas se ven con cierta avidez en los portales de los fotógrafos (…) Como últimos amantes, como últimos íntimos amigos o como últimos parientes, sentimos que estamos interesados por estas fotografías sin celos de nadie, envueltos en una pura fidelidad más fuerte y más entrañable que ninguna otra.

Y sigue comentando fotografías de niños, de famosos, de actrices… para mostrar que lo esencial de nuestras vidas, como estas fotografías, acabarán entre el revoltijo de cosas que se muestran y se venden en los rastros.

Feria del Libro de Madrid, año 2018. Fotografía de Ángel Navarrete.

En una poesía de García Lorca titulada New York, oficina y denuncia, de su poemario escrito entre 1929 y 1930 Poeta en Nueva York podemos ver estos versos en los que las fotos se convierten en archivos de los amores.

¿Qué voy a hacer, ordenar los paisajes?

¿Ordenar los amores que luego son fotografías,

que luego son pedazos de madera y bocanadas de sangre?

No, no; yo denuncio

yo denuncio la conjura

de estas desiertas oficinas…

Y al final de la poesía Pequeño vals vienés, escribe:

Dejaré mi boca entre tus piernas,

mi alma en fotografías y azucenas,

y en las ondas oscuras de tu andar

quiero, amor mío, amor mío dejar

violín y sepulcro, las cintas del vals.

Horacio Quiroga es un escritor uruguayo que ha repetido la idea de que la cámara percibe lo que el ojo no puede ver, en varios de sus cuentos como El espectro, o El vampiro. En otro cuento titulado La cámara oscura incluido en su libro El más allá (1935) apuesta por la creencia de que, al hacer un retrato al recién fallecido, se salva la eternidad del difunto.

Citaremos también algunos capítulos de La llama (1946), tercera parte de la exitosa novela de Arturo Barea con el título global La forja de un rebelde. Relata este autor un episodio en el que se reflexiona al contemplar fotografías de niños bombardeados. Es una reflexión doble: análisis de los aspectos gráficos y el compromiso ideológico que se deriva de la visión de las imágenes que se ponen a salvo como la forma de que tal realidad permanezca a salvo de la memoria.

Niña delante de su casa bombardeada en la Franja de Gaza. Fotografía de Ángel Navarrete.

El argumento de El infierno tan temido, relato breve de Juan Carlos Onetti (1957) puede resumirse como la venganza de una mujer que envía, para humillarle, autorretratos obscenos, no solo a su marido, también a otras personas de la población. Es su léxico abundan las palabras «foto / fotografía» como protagonistas del argumento. La primera línea dice:

La primera carta, la primera fotografía, le llegó al diario entre la medianoche y el cierre.

Silvina Ocampo es una escritora argentina que publicó en 1959 un libro de relatos bajo el título La furia. Uno de ellos Las fotografías cuenta la fiesta que se organiza para celebrar el cumpleaños y la salida del hospital de la protagonista a la que le realizan ocho fotografías que se describen detalladamente. En otro cuento, El enigma, Fabio le pide a su amiga, tras entregarle una foto, que acuda a una cita que ha concertado con una mujer a la que ha tratado solo por teléfono. Así se inicia la conversación entre ambas:

—Fabio quisiera tener una fotografía suya. Como un gran favor se la manda pedir.

─Tengo pocas fotografías buenas. Tal vez se desilusionaría si viera alguna.

—Aquí le manda la de él.

Saqué de mi bolsillo por error la fotografía de Raimundo Canino, el librero, y se la di. Ella la tomó y la miró distraídamente.

—No se puede saber cómo es una persona por una fotografía, si no la conocemos. Cuando conozca a Fabio, esta fotografía me revelará muchos misterios de su personalidad que aún no conozco. Solo conozco su voz, que me perturba.

A partir de ese momento, la fotografía le sirvió de abanico.

El relato del poeta ultraísta César González-Ruano titulado La carta, de su trilogía A todo el mundo no le gusta el amarillo (1961), presenta dos aspectos significativos de la fotografía: lo pintoresco y el fetiche.

Melquíades, el gitano que traía a Macondo inventos tan sobrenaturales como los imanes, la lupa o el atanor, regresa de la muerte en Cien años de soledad (1967) novela de Gabriel García Márquez, para instalar un laboratorio de fotografía. Así se describe:

El gitano iba dispuesto a quedarse en el pueblo. Había estado en la muerte, en efecto, pero había regresado porque no pudo soportar la soledad. Repudiado por su tribu, desprovisto de toda facultad sobrenatural como castigo por su fidelidad a la vida, decidió refugiarse en aquel rincón del mundo todavía no descubierto por la muerte, dedicado a la explotación de un laboratorio de daguerrotipia. José Arcadio Buendía no había oído hablar nunca de ese invento. Pero cuando se vio a sí mismo y a todas sus familias plasmadas en una edad eterna sobre una lámina de metal tornasol, se quedó mudo de estupor.

También de 1967 es el relato de Ramón J. Sender titulado La fotografía de aniversario incluido en el libro La llave y otras narraciones. En él, un fotógrafo y su esposa celebran el aniversario de bodas en el estudio fotográfico, rodeados de los retratos que cuelgan de las paredes. Destaca la ironía para aliviar la tensión de un misterio nunca revelado entre supuestos y silencios.

También en el siglo XXI es fácil encontrar textos que relacionan la literatura con la fotografía. Basten un par de ejemplos: el capítulo 11 de La hermandad de la buena suerte (premio Planeta 2008) de Fernando Savater, está coprotagonizado por una periodista a la que acompaña el fotógrafo Abdulá que fracasa en su intento de provocar un atentado. Véase también un fragmento de uno de los poemas que subraya el aspecto de la fotografía como mantenedora de los mejores recuerdos, en Poemas del alma de internet hay poesías sobre las fotografías de un autor que firma con su seudónimo Ángel del Solaz como la siguiente:

(…) algarabía

de hijos recién nacidos

de nietos que donan risas

de padres, madres y abuelos

de familias completas

y barrios enteros.

Del primer novio.

del primer te quiero,

de vistas al mar,

de vistas al cielo...

Son recuerdos que se avivan

subidos en un barco de papel

"LA FOTOGRAFÍA"

La capacidad que posee la literatura para adaptarse a los nuevos factores que influyen en la comunicación, permite estrechar el lazo que une texto e imagen en su propio contexto narrativo. Cerremos este apartado con algunas opiniones de valor:

El daguerrotipo no solo es un instrumento que sirve para dibujar la naturaleza… le da el poder de reproducirse a sí misma suficiente (Louis Daguerre).

Si tus fotografías no son buenas es porque no te acercaste lo suficiente.

(Robert Capa).

Tus primeras diez mil fotos serán tus peores fotos.

(Henri Cartier-Bresson).

La fotografía es, antes que nada, una manera de mirar. No es la mirada misma. Las fotografías no solo evidencian lo que hay allí sino lo que un individuo ve, no son solo un registro sino una evaluación del mundo.

(Susan Sontag).

Si pudiera contarlo con palabras, no me sería necesario cargar con una cámara.

(Lewis Hine).

Una fotografía es un secreto sobre un secreto, cuanto más te cuenta menos sabes.

(Diane Arbus).

Siempre estoy fotografiándolo todo mentalmente para practicar.

(Minor White).

Entre las muchas formas de combatir la nada, una de las mejores es hacer fotografías.

(Julio Cortázar).

A través de mis fotografías puedo hablar de manera más intrincada y profunda que a través de las palabras.

(Richard Avedon).

Lo más importante no es la cámara, sino el ojo.

(Alfred Eisenstaedt).

 

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7. Fotoperiodismo

El periodismo fotográfico, periodismográfico, fotoperiodismo o reportaje gráfico es un género del periodismo que se relaciona con la fotografía, el diseño gráfico y el vídeo. Sus autores son nombrados reporteros gráficos o fotoperiodistas; no solo son fotógrafos sino que deben poseer un ojo artístico.

El fotoperiodismo no es otra cosa más que narrar algún hecho noticiable con fotografías. Pero antes de que el invento de la fotografía se desarrollase y la técnica permitiese reproducir las fotografías en diversos soportes periodísticos, existen numerosos ejemplos que se pueden considerar como el germen del fotoperiodismo. Haciendo un repaso rápido pondremos algunos ejemplos:

  • Columna de Trajano (concluida en el año 113 d. C.): en ella se narran dos campañas victoriosas de Trajano contra los Dacios entre los años 101 y 106 d. C.

  • Rendición de Breda (Velázquez, 1634): narra el momento en el cual la ciudad de Breda, Países Bajos, se rinde tras ser conquistada por Ambrosio Spínola, general al frente de los tercios de Flandes. La ciudad tenía una extraordinaria importancia estratégica, y fue uno de los lugares más disputados en la larga pugna que mantuvo la monarquía hispánica con las Provincias Unidas del Norte. Su toma tras un largo asedio se consideró un acontecimiento militar de primer orden, y como tal dio lugar a una copiosa producción escrita y figurativa, que tuvo por objeto enaltecer a los vencedores. Este fue un encargo de Felipe IV y el Conde Duque de Olivares para el Salón de Reinos del Casón del Buen Retiro, donde recibían a los embajadores para impresionarles.

Estos son solo dos ejemplos, pero toda la antigüedad está plagada de obras que narran hechos noticiables. Sin embargo, según las normas éticas que rigen el fotoperiodismo actual, estas imágenes serían rechazadas por cualquier redacción ya que fueron encargadas por una de las partes implicadas, generalmente por Reyes, Emperadores, etc. Y cuya objetividad queda en entredicho al no haber ningún testigo que no estuviera de parte ni de los perdedores ni de los ganadores.

Un acercamiento a los valores que rigen el fotoperiodismo se da con la obra de Goya, ya que es el primer pintor que pinta para sí mismo. Un cambio en cuanto a la intencionalidad y en cuanto a la forma. Con este pintor se abre una nueva etapa en pintura: la primera pintura de arte contemporáneo.

Mientras que la industria fotográfica avanzaba, hasta llegar a encontrarse con la prensa, se hicieron muchos intentos para incorporar imágenes fotográficas en el diario acompañando la información escrita: grabado, medias tintas, litografía, grabado en relieve, xilografía. Finalmente en 1910, en Nueva York, se instauró el uso de la fotografía para ilustrar diarios de manera regular. Las cámaras Graflex y Graphic fueron las más usadas por el fotoperiodismo, desarrolladas al tiempo que se lograba publicar imágenes en los diarios.

La fotografía fue, ya desde su nacimiento (1829-39), considerada auxiliar de la historia. A finales del siglo XIX, la fotografía se valoró como el instrumento más imparcial y fiel para reproducir la realidad. Su valor documental y objetivo se consideraba equiparable a los documentos escritos y no tardó, por su carácter permanente, casi mágico, en admitirse de calidad superior incluso a las reproducciones pictóricas.

Una vez hecha esta breve introducción histórica, es necesario nombrar a Roger Fenton, quien es considerado como el primer fotoperiodista de la historia gracias a su serie sobre la guerra de Crimea (1855). Sin embargo no tuvo la posibilidad de fotografiar con libertad ya que el ejército británico le autorizó a trabajar si no sacaba ningún cadáver en sus fotografías. En sus imágenes aparecen perturbadores campos de batalla, en los cuales la única referencia a la guerra son los proyectiles esparcidos en el suelo. Los cadáveres habían sido retirados. Esto fue porque la sociedad victoriana no admitiría ver a «sus hijos» muertos. Esta serie, además, fue un encargo para luchar contra los escritos antibelicistas publicados en las páginas de The Times.

Pero la verdadera revolución que permitió que el fotoperiodismo se desarrollase tal como se conoce actualmente vino de parte de los fabricantes de cámaras de mucho menor tamaño y mucho más ágiles. Esto se consiguió utilizando película de cine en unas cámaras que para la época resultaban diminutas. La primera fue invento de Óscar Barnak, fundador de Leica, que fue seguido por diversas marcas como Contax o Nikon.

Máquina fotográfica Leica I.

Algunos de los que utilizaron este tipo de cámara fueron los renombrados Robert Capa o Henry Cartier-Bresson, cuyo trabajo trasciende el simple hecho fotográfico para ir al mundo de las emociones. En este sentido cabe destacar la icónica frase de Robert Capa: «Si tus fotografías no son lo suficientemente buenas, es que no estás lo suficientemente cerca». Al tratarse de un fotógrafo de guerra se podría pensar que se refiera al hecho físico de estar pegado a la acción, sin embargo se refería a estar cerca emocionalmente de los personajes a los que fotografiaba.

Fotografía de Robert Capa sobre la guerra civil española.

Coetánea de Robert Capa cabe destacar a Margaret Bourke-White, más conocida como «Maggie La Indestructible». Fue una de las primeras fotoperiodistas de la historia, especializada en guerra, además de jugar un papel clave en la liberación femenina. y testigo de algunos de los acontecimientos más importantes a la par que cruentos de la historia contemporánea. Fue la primera corresponsal de guerra a la que se permitió trabajar en zonas de conflicto bélico durante la Segunda Guerra Mundial, como se refleja en sus instantáneas del campo de concentración nazi de Buchenwald, uno de los más grandes de Alemania. Después de la Segunda Guerra Mundial siguió la campaña de la no violencia impulsada por Gandhi. Algunas de sus fotografías se han convertido en un símbolo del fotoperiodismo.

Fotografía de Margaret Bourke-White de Matahama Gandhi.

Ese fue el comienzo de época dorada del fotoperiodismo, la proliferación de revistas gráficas como Life, Newsweek, Time o Paris Mach que daban un soporte económico que permitía desarrollar temas con calma, dedicándoles el tiempo necesario y así conseguir el resultado deseado. Sin embargo, estos fotógrafos tenían que lidiar con el problema de hacer llegar las fotografías a las redacciones. Tenían que revelar las fotos, ampliarlas; con los problemas logísticos que conllevaba transportar todo el material necesario, y finalmente mandarlas por un sistema de correos no tan eficaz como el actual. Hoy día esos problemas se han solucionado con la introducción de la fotografía digital; lo único necesario es una línea de teléfono para que en segundos tus fotografías se encuentren en la otra parte del mundo. Sin embargo, la época dorada del fotoperiodismo ya pasó. Con la llegada de internet, dichas revistas han ido desapareciendo y las que quedan no pueden permitirse pagar las tarifas que pagaban antaño debido a la caída de la publicidad.

Al mismo tiempo que la época dorada del fotoperiodismo se fue perfilando, se planteó la necesidad de un código ético que todos los fotoperiodistas deberían seguir debido a que se trata de fotografías periodísticas. Tras unos códigos no escritos, seguidos con mayor o menor fortuna, se fueron imponiendo los propios de los medios de comunicación, que normalmente se encuentran en los libros de estilo. Pero hay uno que aglutina y actualmente es la referencia de cualquier fotoperiodista; se trata el de la Asociación Nacional de Fotoperiodistas de Estados Unidos (NPPA). Consiste en los siguientes puntos:

  1. Ser preciso y comprensivo en la representación de los sujetos.
  2. Resistirse a ser manipulados por oportunidades fotográficas orquestadas.
  3. Ser completos y dar contexto cuando estén fotografiando o grabando a los sujetos. Evitar estereotipos de personas individuales y grupos. Reconocer y evitar revelar sus propias tendencias en sus imágenes.
  4. Tratar a todos sus sujetos con respeto y dignidad. Dar consideración especial a los sujetos vulnerables y tener compasión de las víctimas de crímenes o tragedias. Entrometerse en momentos privados de luto solamente cuando el público tiene una necesidad justificable para ser testigo.
  5. Mientras se fotografía a los sujetos, no contribuir, alterar, intentar alterar o influenciar en los eventos intencionalmente.
  6. Editando se debe mantener la integridad del contenido y contexto de la imagen. No se deben manipular las imágenes ni añadir o alterar el sonido de ninguna forma que pueda confundir al público o representar los sujetos de una forma incorrecta.
  7. No pagar a las fuentes y sujetos o premiarlos con información o participación.
  8. No aceptar regalos, favores, o compensación de los que buscan influenciar la cobertura periodística.
  9. No sabotear intencionalmente los esfuerzos de otros periodistas.

El no seguir intencionalmente estos puntos, ha llegado a acabar con la carrera de ilustres fotoperiodistas. Un ejemplo de ética es Doug Mulls, corresponsal del New York Times en la Casa Blanca. Sus cámaras han fotografiado los acontecimientos más importantes de los últimos 40 años. Por su habilidad técnica y saber estar en el momento y el lugar adecuado le han otorgado el reconocimiento de toda la profesión. Incluso el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump ha dicho de él: «Es un genio», añadiendo posteriormente: «desafortunadamente trabaja para el New York Times».

Fotografía de Doug Mills: Kim Jong Un y Donald Trump.

Citemos un ejemplo de colaboración española entre autor y fotógrafo. En 1993 Juan Goytisolo viaja a Sarajevo como corresponsal de El País y publica Cuaderno de Sarajevo. Anotaciones de un viaje a la barbarie con fotografías de Gervasio Sánchez, que reflejan el horror de aquella guerra. Esta complementariedad historia / fotografía, ha dado lugar a una correlación bautizada como non-fiction.

Las objeciones al uso de la fotografía como documento histórico se resumen en los cuatro siguientes puntos:

  1. Es un tipo de imagen que representa solo un instante, solo un momento de la evolución histórica.
  2. En ella no se distinguen las diferencias sociales en las que deben fundamentarse los análisis históricos.
  3. Existe un problema en las imágenes de todo tipo: ¿cómo traducir en palabras el mensaje fotográfico? El historiador tiene herramientas para comprender los textos, pero no para interpretar otro tipo de fuentes como son las imágenes.
  4. Con los paradigmas freudianos, quedan anuladas las posibilidades cognoscitivas del sentido de la vista. Las categorías psicoanalíticas  suelen atribuir al inconsciente la mayoría de las acciones humanas. Es decir, lo que suelen valorar tanto el psicólogo como el historiador, suele estar relacionado con el mundo interior del ser humano y no tanto con el mundo exterior.

 

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