Letra 15. Revista digital
Revista digital de la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo» de Madrid - ISSN 2341-1643

De Los círculos concéntricos a Las caricias del fuego de Alejandro Céspedes o La poesía performativa que no renuncia a la mejor poesía

Enrique Ortiz Aguirre

Enrique Ortiz Aguirre

Es Doctor en Lengua española y sus Literaturas por la Universidad Complutense de Madrid, ha obtenido el D.E.A. en Literatura hispanoamericana y es Profesor Asociado en la misma Universidad (Facultad de Educación-Centro de Formación del Profesorado), donde imparte asignaturas relacionadas con la Didáctica de la Lengua y de la Literatura, además de ser funcionario de carrera y jefe de Departamento en un IES de la Comunidad de Madrid. Ha participado y organizado Congresos y Seminarios Internacionales en distintas Universidades (UAM, UCM, Universidad de Sevilla, Universidad de Extremadura, Universidad de Salamanca, UIMP, Universiadade de Lisboa, Universidade do Minho) y entidades (Museo del Prado, Asociación de Cervantistas, Biblioteca Regional de Madrid). Ha publicado ediciones críticas, artículos (sobre Juan Ramón Jiménez, Darío, Manuel Reina o Cervantes y la Literatura comparada) y monografías (Literatura hispanoamericana, Literatura Universal y comparada). Su ámbito de investigación se enmarca en la Literatura finisecular española, en la Literatura comparada, en las relaciones entre Literatura y erotismo, entre Literatura y Cine, y en la Didáctica de la Lengua y Literatura. Participa en Grupos de Investigación universitarios y es socio de la Asociación de Profesores de Español Francisco de Quevedo (forma parte de la Junta Directiva y del consejo editorial de su revista) y de la Sociedad Española de Literatura General y Comparada (SELGYC).

enrortiz@ucm.es

         Arriba                      Arriba        

1. Asedios a la poesía performativa

El vídeo-libro del poeta gijonense Alejandro Céspedes titulado Los círculos concéntricos se ha presentado recientemente como espectáculo total, a pesar de que fue galardonada con el Premio Blas de Otero de poesía en el año 2007 (poesía junto a imágenes, voces, música), en el 6.º Encuentro de la Asociación Cultural Poética (día 8 de junio de 2018), en Puente-Genil, Córdoba. Esta apuesta frenética por lo poético como discurso total se basa en el carácter de sublimidad que se le otorga a este lenguaje, como vocabulario que se identifica con lo humano, donde la semántica de la palabra poética se desautomatiza, se desarticula, para hacer coincidir el afuera y el adentro, lo minúsculo y lo colosal, la piel y el alma en una articulación insólita entre lenguajes artísticos que contribuyen a crear una misma instancia estética: lo sublime. Esta condición de frontera traspasada parece explicarse desde el desbordamiento de la sinestesia en el lenguaje de la poesía, que conduce a la poética de la sinestesia, donde se implican y se contaminan las palabras, las imágenes, las voces y la música. Como círculos concéntricos.

 

         Arriba                      Arriba        

2. El vídeo-libro Las caricias del fuego de Alejandro Céspedes

Se trata de un espectáculo estremecedor que sumerge al lector/espectador en la experiencia de lo sublime, en la enajenación que conduce hacia nuestros territorios más cercanos. Esta poesía performativa parece la mejor respuesta a la sociedad actual: una sociedad líquida, diversa, multitarea, global, híbrida, proteica, tecnológica que debe ser traducida ─si pretende ser fidedigna─ mediante la globalización del discurso poético: totalizador. Ello se logra a través de la categoría estética de lo sublime, cuya naturaleza se identifica con lo ilimitado, lo simultáneo en la totalidad: la experiencia sinestésica (imagen, voz, música, texto, dinamismo…). En todo caso, este tejido sublime se consigue mediante diversos procedimientos: lo intersticial, lo lábil, lo sinestésico, lo oximonórico, el desdoblamiento, lo lábil, lo entrópico, la mise en abyme, lo siniestro y lo grotesco solemne, que revisaremos sucintamente enseguida.

Así, la poesía performativa se nos antoja entropía de diferentes lenguajes artísticos que dibujan la experiencia de lo sublime y que viaja desde la sinestesia en la poesía hasta la poética de la sinestesia: la experiencia totalizadora que se identifica con la sublimidad. Esta performance, que aborda el abuso sexual infantil desde un profundísimo lirismo, hace habitar lo poético en distintos ejes que promueven los territorios de la categoría de lo sublime:

Los intersticios: habitar las líneas para desdibujarlas, ensanchar las grietas para construir (mediante la destrucción por entropía) la oscuridad de la culpa, el vacío.

De esta poética en los intersticios, se colige lo lábil, esto es, lo cambiante, lo mismo que muta en lo otro. La caricia erótica es el abuso sexual. El adentro: la voz poética es una vagina herida, un adentro hacia fuera.

Lo sinestésico: la superposición y la mezcla en simultaneidad: imágenes y palabras. Músicas, ecos y voces. Narratividad y lirismo; poesía, novela, ensayo (didáctico-ensayístico) y teatro: el género total, ningún género. Tradición y novedad. La voz adulta en el cuerpo de una niña; el salvaje lenguaje del cuerpo en la prematuridad. Redefinición de lo poético: un género en el que cabe todo, de alguna manera, un barojismo lírico.

Lo oximorónico: el silencio que grita; el exceso de luz que no permite ver, ciega. La contradicción como semántica. La Aurora (niña protagonista) como ocaso; la vida como desaparición: la estremecedora poética del vacío.

Lo alegórico: la metáfora continuada, la transformación permanente; la palabra poética como metamorfosis, como tránsito. La existencia como abuso, la vida como dolor y culpa. El devenir humano, esa intensa herida de la nada (en injusta lid, su omnipotencia desde la muerte siempre vence). Las entrañas del vacío.

El desdoblamiento: no solo en el lenguaje, sino en las imágenes y en la voz poética. El espejo del yo y de la muerte

 

Lo entrópico/lo holístico: es decir, la saturación por exceso; el desbordamiento hacia la pérdida infinita. Todos los lenguajes (palabra, imagen, música, voz) se ponen al servicio de la poética de la pérdida y de la nada. La nada, pues, como reverso inevitable del todo.

Mise en abyme: Una voz adulta que es una voz infantil; una voz que recuerda una voz que vive; memoria como presente permanente. El doble.

La víctima que es el yo poético pasa a ser también el lector/espectador. Juego de espejos.

Lo espacial como demiurgo: el cuerpo como brújula y sus cicatrices, que se reabren ante la mirada constructiva del tú poético, espectador activo.

Estoy en el futuro.

Entré aquí maniatada.

Os escupo los sueños que me disteis.

Fue el engaño como una profecía

que, repetida tanto, se ha cumplido.

 

Ya soy lo que quisisteis.

Soy de nadie.

 

Extranjera en mi propio presente.

Exiliada de mi propio pasado.

Pura materia pútrida

sobre la barricada de mi inexistencia.

 

Ya soy el extrarradio de mí misma.

Lo siniestro: la mano amputada de Un perro andaluz; las situaciones de lo familiar reprimido que trata de revelarse, desde Freud. La piedra contra el cráneo. La violación, el abuso como anticipación de la muerte. La pérdida del yo en vida como esbozo de la desaparición humana. El ser humano como vasija, como piel que recubre el vacío.

Lo grotesco sublime: basado en la deformación grotesca, en lo ridículo reconvertido.

 

         Arriba                      Arriba        

3. Performance poética (vídeo)

La performance del poeta Alejandro Céspedes puede verse en el siguiente enlace que contiene todas las intervenciones del VI Encuentro de la Asociación Cultural Poética del día 8 de junio de 2018. La intervención de Alejandro Céspedes, de una hora de duración, se inicia a la hora, 11 minutos 08 segundos y finaliza en el minutaje 2:10:36. 

 

 

 

         Arriba                      Arriba        

 

Letra 15. Revista digital    Créditos | Aviso legal | Contacto | Mapaweb | Paleta | APE Quevedo