Letra 15. Revista digital
Revista digital de la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo» de Madrid - ISSN 2341-1643

Sección CARPE VERBA

Carpe Verba

5.
August va al teatro o cómo adaptar una narración a radioteatro

Alumnado de la Universidad Complutense de Madrid

 

5.1. Introducción

La realización en el aula de procesos de traslación y adaptación entre géneros es una de las actividades más enriquecedoras que como docentes podemos plantear a nuestro alumnado, ya que requiere tanto de una correcta lectura comprensiva e interpretativa del texto de origen como de un adecuado conocimiento de las técnicas y cualidades del texto de llegada. No es posible adaptar correctamente lo que no se comprende bien, del mismo modo no es posible realizar una traslación correcta si no conocemos los resortes del molde textual al que queremos volcar el resultado de esa lectura.

Dentro de las actuaciones que podemos llevar a cabo en este campo, la transformación de un cuento en una pieza teatral es, sin duda, una de las más ricas y sugerente. No hablamos de la lectura radiofónica de un relato, actividad, por otro lado, también altamente recomendable a la hora de trabajar la lectura expresiva; estamos hablando de una actividad más compleja por cuanto conlleva un cambio de registro genérico y formal.

El material que presentamos a continuación, a modo de ejemplo, es el resultado de un trabajo realizado por alumnas y alumnos de la asignatura Literatura y Educación, impartida por el profesor Pedro Hilario Silva dentro del Grado de Primaria en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid. El trabajo realizado consistió en trasladar a radioteatro varios capítulos del libro Wonder. La lección de August, que, como la mayoría de nosotros sabe, nos cuenta la historia de August, un niño como tú o como yo, pero cuya cara deformada lo hace distinto. Él solo quiere ser uno más, pero nuestros prejuicios se lo ponen muy difícil. Aunque trata de esconder su rostro y camina por ello con la cabeza gacha, sin embargo, no pude evitar ser objeto de miradas furtivas o comentarios de asombro. La vida de August transcurre fundamentalmente entre las acogedoras paredes de su casa, en la compañía de su familia y su perra Daisy. El libro nos relata lo que será un gran cambio en su vida: su asistencia, por primera vez, a la escuela. Allí aprenderá la lección más importante de su existencia, aprenderá a enfrentarse a la adversidad y a aceptarse tal como es.

A continuación, ofrecemos varios de los trabajos realizados, en la confianza de que su conocimiento animará a otros a desarrollar un trabajo semejante; pues estamos seguros de que esta actividad resultará enormemente motivadora, al tiempo que supondrá un gran beneficio formativo para todos aquellos que la lleven a cabo.

 

Arriba

5.2. Adaptación del capítulo En el coche

Elaborado por las alumnas del Grado de Primaria. Grupo Bilingüe (MBL) de la Universidad Complutense de Madrid: María Fresno Galán, Maite Marcos Abella, Irene Marcos Guerra y Victoria Martínez Arévalo.

 

(Música para introducir el diálogo: Sonido de un motor lejano, que da paso a música de radio ambiente que llevan en el coche, emisora con los 40 principales)

AUGUST: ¡Qué sueño me dan siempre los coches! (Bostezo). Voy a dormir un rato para que el viaje se me haga más ameno. Via, ¿puedo ponerme encima de ti? Serás como una almohada y, además, ¡el cinturón recogerá las babas que se me caigan por el camino! (Bostezo de nuevo).

(Conversación de adultos de fondo. Cambio de música a balada tranquila de la radio, How to save a life (The Fray), porque August está durmiendo).

AUGUST: (Piensa en voz alta) ¿Cuánto he estado durmiendo? Vaya cielo morado y vaya atascos hay por la noche… (Pregunta a Via, susurrando) ¿De qué hablan mamá y papá?

MADRE: (En voz muy baja hablando con el padre, visiblemente afectada) No podemos protegerlo más. No podemos hacer como si mañana fuera a despertarse y su realidad fuera otra, tenemos que ayudarle a aprender a hacerle frente.

PADRE (Nate): Y enviarlo al colegio de secundaria como a un cordero al matadero…

AUGUST: (Sonora exclamación) ¿Qué es un cordero al matadero?

PADRE: (Trata de disimular, balbuceos iniciales). Eh... Oh, vuelve a dormirte, Auggie.

(Comienza la música triste, La dispute, Yann Tiersen)

AUGUST: (Rompe a llorar) ¡En el colegio todos se quedarán mirándome! (Llorando).

MADRE: (Tratando de poner voz calmada) Cielo, ya sabes que si no quieres, no irás. Pero le hemos hablado de ti al director y ¡está deseando conocerte! (Finge entusiasmo).

AUGUST: ¿Y qué le habéis contado de mí? (Continúa con tono triste).

MADRE: (Sigue intentando transmitir entusiasmo, tono motivador) Que eres muy divertido, bueno e inteligente. Cuando le dije que a los seis años ya habías leído El jinete del dragón, exclamó: «¡Guau, tengo que conocerlo!»

AUGUST: (Va tranquilizando su llanto) ¿Qué más le contaste?

MADRE: (Dubitativa) Pues... le hablé de tus operaciones y de lo valiente que eres.

AUGUST: ¿Y sabe qué pinta tengo...? (Medio gruñendo).

PADRE: Le llevamos las fotos del verano pasado en Montauk. Le enseñamos las fotos de toda la familia. ¡Y esa foto estupenda en la que sostienes un lenguado en la barca! (Entusiasmado para terminar de calmar a August).

AUGUST: ¿Tú también fuiste, papá? (Tono desilusionado).

PADRE: Pues sí... estuvimos hablando con él, es un hombre muy simpático.

MADRE: (Con entereza) Te caería bien. (Música de tensión, Vuelo del moscardón, Strauss).

AUGUST: Un momento… ¿cuándo os reunisteis con él? ¿Estáis los dos en el mismo bando? (Sube el tono de voz).

MADRE: Hmm… Nos enseñó el colegio el año pasado…

AUGUST: (Muy enfadado) ¿El año pasado? Entonces, ¡¿lleváis un año pensándolo y no me habíais dicho nada?! (Exclamación muy sonora).

MADRE: No sabríamos si podrías entrar, Auggie, es muy difícil (tratando de mantener la calma). La solicitud tiene que pasar por un proceso de admisión. Pensé que por ello no era necesario contártelo y que te preocupases sin tener necesidad de ello (voz suave y conciliadora).

PADRE: Aunque tienes razón, Auggie, deberíamos habértelo dicho el mes pasado, cuando supimos que te habían admitido.

MADRE: Sí... supongo que sí (suspiro).

AUGUST: ¿Y la señora que vino a casa aquella vez tenía algo que ver con esto? La que me hizo aquel test…

MADRE: (Con culpabilidad) Sí, la verdad es que sí.

AUGUST: Pero… ¡me dijiste que era un test de inteligencia! (Más enfadado aún).

MADRE: Fue una mentira piadosa, cariño. Necesitabas hacer la prueba para entrar en el colegio. Te salió muy bien, por cierto (insiste en mantener la calma).

AUGUST: entonces... me mentiste… (Voz muy baja y afligida).

MADRE: Sí, lo siento (suspiro de resignación y tristeza).

AUGUST: (Cambia de tema y vuelve a su pregunta inicial) bueno, y ¿qué es un cordero al matadero? (Volviendo al tono normal).

PADRE: Ay... no debería haberlo dicho (arrepentido). Verás: mamá y yo te queremos tanto que intentamos protegerte todo lo que podemos. Lo que pasa es que a veces queremos hacerlo cada uno a nuestra manera.

AUGUST: No quiero ir al colegio (seco y cortante).

MADRE: Te vendría bien, Auggie (tono persuasivo y cariñoso).

AUGUST: A lo mejor el año que viene… (tratando de convencerles).

MADRE: Este año sería mejor, Auggie. ¡Harás un montón de amigos! Y aprenderás cosas que nunca aprenderías conmigo. Cuando nos enseñaron el colegio, ¿sabes qué tenían en el laboratorio? Un pollito que estaba saliendo del cascarón. ¡Era precioso! (Tono cariñoso) Auggie, me recordó a ti cuando eras un bebé… (Expresión nostálgica) con esos ojazos marrones que tienes…

AUGUST: No quiero ir, y echo de menos ser un bebé… para no saber ciertas cosas y acurrucarme (tono nostálgico).

MADRE: A ver qué te parece esto: ¿puedes ir al menos a hablar con el señor Traseronian antes de tomar una decisión? (Sonido de un asiento al dar un brinco sobre él).

AUGUST: ¿Quién? Jjjjj (aguantándose la risa).

MADRE: ¡Con el director!

AUGUST: ¡¿El director!? (Tono burlón).

PADRE: Ya, ya lo sé… ¿qué te parece su apellido, Traseronian, Auggie? ¿Quién podría querer tener un apellido así?

AUGUST: Qué gracioso papá, ¡siempre tienes un chiste para todo! (Riéndose).

PADRE: ¡Auggie, deberías ir a ese colegio solo para oír cómo dicen su apellido por megafonía! ¿A que sería gracioso? (Pitido de un micrófono cuando se está probando antes de hablar). Probando, probando. ¡Por favor, señor Traseronian! ¡Veo que hoy va de culo! ¿Han vuelto a darle un golpe a su coche por detrás? ¡Acuda al patio trasero! (Risas de la familia de fondo). ¡Aunque podría ser peor! Nosotros teníamos una profesora en la universidad que se llamaba Pompish (pedorreta de fondo).

AUGUST: ¿¿¿De verdad??? JAJAJA (ríe a carcajadas).

MADRE: Te lo juro. Roberta Pompish. Bobbie Pompish.

PADRE: Tenía unos cachetes enormes (se sorprende de repente). ¡Se me está ocurriendo una cosa! ¡Vamos a organizarles una cita a ciegas! ¿Os lo imagináis? (Tono insinuador). Señorita Pompish, le presento al señor Traseronian. Señor Traseronian, le presento a la señorita Pompish. ¡Podrían casarse y tener unos cuantos culetes!

MADRE: ¡Pobre señor Traseronian! ¡Auggie ni siquiera lo ha conocido todavía, Nate!

VIA: ¿Quién es ese señor? (Bostezo, se acaba de despertar).

AUGGIE: El director de mi nuevo colegio (aguantándose la risa de nuevo).

(Música alegre de fin de escena: la Primavera de Vivaldi).

 

         Arriba                      Arriba        

5.3. Adaptación de los capítulos El bosque está vivo, Alien y Voces en la oscuridad

Elaborado por las alumnas del Grado de Primaria. Grupo Bilingüe (MBL) de la UCM: Inés Raboso, Alejandra Fernández-Abellán, Raquel Aguilar-Tablada, Beatriz Merino y Paloma del Amo.

 

5.3.1. El bosque está vivo

NARRADOR: Se está celebrando la noche anual de cine en la Reserva Natural Broarwood, en Pensilvania. Alumnos y profesores de diferentes colegios se encuentran en una explanada viendo la película Sonrisas y lágrimas. En un momento de la película, cuando Rolf y la hija mayor cantan «Cumplirás diecisiete años», Jack da un codazo a August.

(Se oye de fondo una película y niños hablando bajo, como cuchicheando).

AUGUST: Menudo tostón de película esta de Sonrisas y lágrimas, y menudo tostón de noche anual de cine.

JACK: Tienes razón tío, tengo que ir a mear, ¿te vienes?

AUGUST: (Con voz de chulito) Pues claro (pasos).

AUGUST: La cola para los servicios es enorme.

JACK: Déjalo, buscaré un árbol.

AUGUST: No seas bruto, Jack. Vamos a esperar.

JACK: (Cuchicheando) Por ahí vienen Henry, Miles y Amos. Se habrán cansado de hacer la cola, como nosotros.

NARRADOR: Jack echa a andar hacia una fila de árboles y August le sigue. Se encuentran con Henry, Miles y Amos, que tampoco habían querido hacer cola para entrar en los servicios. Amos les saluda con la cabeza.

AMOS: ¡Ey! (Con voz de pasota).

AUGUST: Ahora tengo que mear yo.

JACK: (Acercándose a August) ¿Lo hueles? Huele a petardos.

AUGUST: Sí, huele a eso exactamente. Qué raro.

JACK: Vámonos.

 

5.3.2. Alien

NARRADOR: August y Jack vuelven en dirección a la pantalla gigante. Tropiezan con un grupo de cuatro chicos y dos chicas más mayores que ellos que no conocen. Huele a humo de petardos y cigarrillos. Les alumbran con una linterna intimidándoles. Se oye a un grupo de niños mayores de fondo, hablando de fumar y de tirar petardos.

AUGUST: Yo creo que estos de aquí están haciendo cosas que no deberían. Verás como les pillen.

CHICO 1: ¿De qué colegio sois? (Con voz un tanto agresiva).

JACK: De Beecher (Una de las chicas se pone a gritar).

CHICA 1: (Tapándose los ojos con las manos) ¡Dios mío!

CHICO 2: ¡No puede ser! ¡No puede ser, tío! ¡No puede ser!

NARRADOR: El grupo de chicos y chicas se echa a reír. Se tapan los ojos y se empujan entre sí soltando tacos en voz alta. Uno de ellos enfoca a August con la linterna.

CHICO 3: (Con tono despectivo) ¿Qué es eso?

JACK: (Dirigiéndose a August) Vámonos de aquí.

CHICO 3: ¡Espera, espera, espera! (Vuelve a enfocar a August con la linterna). ¡Ay, madre! ¡Ay, madre! ¿Qué le ha pasado a tu cara?

CHICA 2: Déjalo.

CHICO 3: ¡No sabía que hoy ponían El señor de los Anillos! ¡Mirad, chicos, es Gollum!

CHICO 2: ¡No, tío, es Alien!

CHICO 3: No, no, no, tío. ¡Es un orco!

JACK: Déjalo en paz, ¿vale? (Apartando la mano del chico que sostenía la linterna).

CHICO 3: ¿Vas a obligarme? (Iluminando ahora la cara de Jack).

JACK: ¿Qué problema tienes?

CHICO 3: ¡Tu novio es mi problema!

AUGUST: Vámonos, Jack. (Agarrándolo del brazo).

CHICO 3: ¡Vaya, pero si habla y todo! (Iluminando otra vez a August con la linterna).

NARRADOR: Uno de los chicos mayores les tira un petardo en los pies. Jack se abalanza sobre él y este le empuja con fuerza.

AUGUST: Oye. Somos mucho más pequeños que vosotros…

CHICO 3: ¿Estás hablando conmigo, Freddy Krueger? No creo que quieras meterte conmigo, monstruo. (En ese momento suena una voz a sus espaldas).

AMOS: (Con Miles y Henry detrás de él) Déjalos en paz, tío.

CHICO 3: (Con tono desafiante) ¿Quién lo dice?

AMOS: Que los dejéis en paz. (Con mucha calma). Vamos, chicos. El señor Traseronian nos está esperando.

CHICO 3: ¿Tú también eres un monstruo? (Con voz de mofarse de él).

AUGUST: Vámonos, tío. (Se oyen pasos de que echan a andar y un forcejeo, pues uno de los chicos coge a Jack de la capucha y lo tira al suelo).

AUGUST: (Sonidos quejándose de dolor).

JACK: (Sonidos quejándose, como si le hiciesen daño).

AMOS: (Sonido de carrera rápida) ¡YIAAAAAAA!

JACK: (Con voz cansada y sofocada) ¡Corre Auggie, vámonos!

 

5.3.3. Voces en la oscuridad

NARRADOR: August y el resto de sus amigos corren para escapar del grupo de alumnos más mayores que les intimidaba y con los que comenzaron una pelea. Huyen de aquel lugar y llegan hasta los maizales. Allí hablan acerca de la pelea, August descubre que ha perdido sus audífonos y termina llorando por todo lo sucedido mientras sus compañeros lo intentan animar. (Durante un rato se oye como Auggie y Jack huyen cansados).

AUGUST: ¡Creo que los hemos despistado! (Con voz cansada, pero nerviosa).

AUGUST: ¿Amos?

AMOS: (Fatigado) ¡Aquí estoy!

MILES: (Gritando) ¡Podemos parar!

AUGUST: ¡Jack!

JACK: ¡Uf! Aquí estoy.

HENRY: ¿Estás seguro de que los hemos despistado?

MILES: Sí.

JACK: (Susurrando) ¡Chist! ¡Vamos a escuchar! (Silencio total, solo se escucha el sonido de los grillos).

HENRY: (Aliviado) Los hemos despistado.

AMOS: (Con emoción) ¡Hala! ¡Ha sido increíble!

JACK: ¿Cómo sabíais lo de esos tíos?

MILES: Los habíamos visto antes. Parecían unos capullos.

AUGUST: (Entusiasmado) ¡Amos, has embestido contra él!

AMOS: (Riéndose) Sí, ya lo sé.

MILES: No me lo esperaba.

JACK: Dice, ¿tú también eres un monstruo? Y vas tú y…¡zas!

AMOS: ¡Zas! Aunque después de tirarlo al suelo me he dicho «¡Corre, Amos, pedazo de imbécil, que es diez veces más alto que tú!» (Todos sueltan una carcajada).

HENRY: Yo he agarrado a Auggie y le he dicho: ¡Corre!

AUGUST: (Sorprendido) ¡No sabía que eras tú quien tiraba de mi! ¡Ha sido increíble!

JACK: Superincreíble. Yo creo que eran de séptimo, eran enormes.

HENRY: (Gritando) ¡Pringados! (Todos los demás le mandan callar y se quedan esperando a ver si escuchan algún ruido).

AMOS: ¿Se puede saber dónde estamos? Ni siquiera se ve la pantalla.

HENRY: Creo que estamos en los maizales.

MILES: (Irónico, empujándolo con una planta de maíz). ¿No me digas? ¿Estamos en los maizales?

AMOS: Ya sé dónde estamos. Tenemos que volver en esa dirección. Así llegaremos a la otra punta del campo.

JACK: (Aliviado) Eh, tíos, ha sido guay que hayáis vuelto a por nosotros. Guay de verdad. Gracias.

AMOS: (Chocando la mano con Jack) De nada.

AUGUST: Sí tíos, gracias.

AMOS: (Animando a August) Te has defendido bien, pequeñín.

MILES: Sí, Auggie. Con eso de: «Somos más pequeños que vosotros».

AUGUST: (Riéndose) No sabía qué otra cosa decir.

HENRY: Ha estado guay. Siento haberte roto la sudadera.

JACK: (A Auggie) Oye, te sangra el codo.

AUGUST: Ya…

JACK: ¿Te encuentras bien? (Silencio de August). ¡Espera, te han desaparecido los audífonos!

AUGUST: (Muy preocupado). ¿Cómo? ¡Oh, no! (Rompe a llorar).

JACK, AMOS, HENRY Y MILES: (Tratando de calmar a August) Tranquilo tío, no pasa nada.

AMOS: Eres un tío valiente, ¿sabes?

 

         Arriba                      Arriba        

5.4. Adaptación del capítulo En casa

Elaborado por las alumnas: Beatriz Del Campo, Ana Gil, Sara González, Celia Meléndez y María Lourdes Romero.

 

(Sonido de coche en marcha y música de fondo: Somebody That I Used To Know por Goyte. Suena la puerta de un coche cerrándose. Suenan las llaves y entran en casa).

AUGGIE: (Suspiro) Se me hace raro no ver a Daisy esperándome al llegar a casa.

MADRE: Ya lo sé, cariño. (Besa repetidamente a Auggie de forma muy sonora).

AUGGIE: Tranquila, mamá, estoy bien.

MADRE: Lo sé, pero te he echado mucho de menos este fin de semana.

AUGGIE: Y yo a ti.

MADRE: ¿Tienes hambre?

AUGGIE: Estoy muerto de hambre. ¿Me haces un sándwich de queso? (Se escucha la silla arrastrándose por el suelo y el paquete de pan abriéndose. Se escucha colocar una sartén en la vitrocerámica).

AUGGIE: Cuando llegue Via, le contaré que vimos su película favorita en la reserva natural. ¡Le hubiese encantado!

MADRE: Seguro que le hará mucha ilusión. Debe estar al llegar, hoy iba tu padre a recogerla. (Sonido del sándwich cocinándose, durante unos segundos sin hablar).

AUGGIE: ¿Qué quieres escuchar primero, la parte buena o la parte mala?

MADRE: La que tú quieras.

AUGGIE: Bueno, quitando lo de anoche, me lo he pasado de miedo. Pero de miedo de verdad. Por eso estoy tan asqueado. Es como si me hubiesen estropeado todo el viaje.

MADRE: Sí, ya nos llamó el señor Traseronian y nos contó el problema con esos chicos, pero no puedes dejar que eso te destroce el viaje. (Sonido de un rebobinado. Suena un teléfono).

MADRE: ¿Sí?

SEÑOR TRASERONIAN: Hola, buenas tardes señora Pullman. Soy el señor Traseronian, el director del colegio de August.

MADRE: ¡Buenos días, señor Traseronian! ¿Ha pasado algo con August?

SEÑOR TRASERONIAN: Verá señora Pullman, August está bien, no se preocupe. Ayer por la noche fuimos a ver una película al cine al aire libre. En un momento durante la película, August y otros cuantos chicos se alejaron del lugar y tuvieron una pelea con unos chicos algo mayores de otro colegio.

MADRE: ¡Madre mía! ¿Pero Auggie está bien? ¿Hace falta que vaya a recogerle?

SEÑOR TRASERONIAN: No, no, tranquila señora Pullman. August está bien, solo llamaba para informarles. Lo peor ha sido que los audífonos de August han quedado inservibles. Me temo que tendrán que hacerse con unos nuevos.

MADRE: ¡Por los audífonos no se preocupe! Si Auggie está bien, es lo de menos. Qué susto… Bueno, muchas gracias por la llamada y por todo lo que ha hecho por August.

SEÑOR TRASERONIAN: ¡No es nada! También hemos hablado con el colegio de los otros chicos y tendrán su castigo, por supuesto. Bueno, señora Pullman, nos vemos mañana y no se preocupe, August está bien, solo fue un susto.

MADRE: Gracias, señor Traseronian, hasta mañana entonces. (Vuelve a sonar el sonido de rebobinar).

AUGGIE: (Con tono preocupado) ¿Papá se ha enfadado por lo de los audífonos?

MADRE: Claro que no, Auggie. Lo único que quería saber era si estabas bien. Eso es lo único que nos importa. Y que no dejes que esos… matones… te estropeen el viaje.

AUGGIE: (Se ríe al oír la palabra «matones») Matones… qué antiguo suena. Pero no te preocupes, ¡Jack y Amos me defendieron!

MADRE: Sí, el señor Traseronian nos dijo que hubo una pelea, pero… (Sonido del plato cuando la madre lo deja sobre la mesa).

AUGGIE: (Cortando a su madre) Jack tenía que ir al baño. Pero había una cola enorme y él no quería esperar. Por eso fuimos hacia los árboles para mear. (Hablando con la boca llena) Ya sé que no tendríamos que haber ido solos.

MADRE: (La madre hace un sonido de asentimiento) Hmm… (Su voz progresivamente se va apagando) Menos mal que estáis todos bien. Solo de pensar lo que podría haber pasado...

AUGGIE: (Con voz nerviosa) Mi sudadera de Montauk está completamente desgarrada y a Amos le sangró el labio cuando vino a defendernos. (Gritando) ¡Embistió al jefe del grupo! (Deja de hablar durante cinco segundos) ¿Mamá?

MADRE: ¿Sí, cariño?

AUGGIE: (Con voz triste) ¿Siempre voy a tener que preocuparme por unos idiotas como esos? Cuando sea mayor, ¿siempre seré así? (La madre no responde inmediatamente, se oye el ruido que hace el plato al ser puesto en el fregadero. Se escucha el agua caer del grifo y a la madre enjuagando el plato).

MADRE: Siempre habrá idiotas en el mundo, Auggie. (Con voz firme y esperanzadora) Pero en este mundo hay más gente buena que mala, y la gente buena se preocupa y cuida a los demás. Igual que Jack cuidó de ti. Y Amos. Y esos otros chicos. (Suena el teléfono móvil. Estribillo de la canción Step by step por Whitney Houston). ¿Sí? (Silencio. Risa corta y feliz) Madre mía, ¿de verdad?, ¿cómo es? Sí, está aquí, ¿quieres saludarlo? Vale, nos vemos en dos minutos. (Suena botón de colgar el móvil) Era papá, están Via y él de camino. (Sonido de fondo de recoger cacharros de cocina. Sonido puerta que se abre).

PADRE: ¡Auggie! (Sonido de muchos besos) ¡Ven que te achuche!

VIA: (Risitas) ¿Qué tal? (Sonido de muchos besos) Mira lo que te hemos traído.

AUGGIE: ¡Hala!, ¿qué es esa caja tan enorme?

MAMÁ Y PAPÁ: Ábrela.

VIA: ¡Vamos, Auggie! (Sonido de abrir una caja de cartón. Ladrido corto y agudo).

AUGGIE: No me lo puedo creer, ¡es el perrito más mono que he visto en mi vida!

(Suena Somebody That I Used To Know por Goyte mientras se oyen pequeños ladridos y lametazos del perro. El sonido se va apagando poco a poco, de forma progresiva).

 

         Arriba                      Arriba        

5.5. Adaptación del capítulo El salón de actos

Elaborado por las alumnas del Grado de Primaria. Grupo Bilingüe (MBL) de la Universidad Complutense de Madrid: Rocío de la Fuente, Pablo Crespo y Belén Ferrer Braña.

 

(Sonido de puerta abriéndose. Charlotte, August, Jack y Julian entran).

CHARLOTTE: Pues sí, es que interpreté a Oliver el año pasado, aunque yo soy una chica. Pero bueno, la verdad es que...

JACK: Ay, Charlotte, por favor, hablas demasiado. (Charlotte se pone a corretear dando saltitos hacia el escenario. Julian echa a correr tras ella por el pasillo y, a mitad de camino, se gira y mira a August. Jack permanece en su sitio).

JULIAN: ¡Vamos!

(Julian hace una señal a August para que le siga. August comienza a caminar tras él).

CHARLOTTE: Aquella noche había cientos de espectadores.

AUGUST: ¿Quién? Ah, Oliver, sí.

CHARLOTTE: Sí. Jopé, estaba supernerviosa. Mi papel tenía mucho diálogo y un montón de canciones para cantar. ¡Era súper, súper, superdifícil!

(Charlotte seguía entusiasmada. Correteo. No miraba a August).

CHARLOTTE: La noche del estreno, mis padres estaban al fondo del auditorio, más o menos donde ahora está Jack.

(Charlotte señala con el dedo hacia la posición de Jack. August dirige su mirada hacia ese lugar).

CHARLOTTE: Ahora se ve, pero cuando se apagan las luces, no se puede ver lo que hay tan atrás. Yo no paraba de pensar: «¿Dónde están mis padres? ¿Dónde están mis padres?». Entonces, el señor Resnick, nuestro profesor de arte dramático del curso pasado, me dijo: «¡Charlotte, deja de comportarte como una diva!». «¡Ok!», contesté. Entonces vi a mis padres y se me pasaron todos los males. No se me olvidó ni un diálogo.

AUGUST: Sé que me estás mirando, Julian. Como todos los demás.

CHARLOTTE: Cada curso representamos una obra.

JULIAN: No creo que quiera participar en la obra del colegio, Charlotte (habla dirigiéndose a Charlotte con tono sarcástico).

(Charlotte se queda pensativa unos segundos y después mira a August).

CHARLOTTE: Puedes participar en la obra sin salir en la obra. Ya sabes, puedes ocuparte de la iluminación o puedes pintar los decorados.

JULIAN: ¡Yupi!

CHARLOTTE: Pero si no quieres, no tienes por qué elegir la optativa de arte dramático. También están danza, coro o música. Y liderazgo.

JULIAN: Solo los nerds eligen liderazgo.

CHARLOTTE: ¡Julian, estás siendo de lo más repelente!

(Charlotte chilla a Julian. Julian se echa a reír al oír su comentario).

AUGUST: Voy a elegir la optativa de ciencias.

CHARLOTTE: ¡Genial!

JULIAN: Suponiblemente, la optativa de ciencias es la optativa más difícil de todas… A ver, no te ofendas, pero si nunca has estado en un colegio, ¿por qué crees que vas a ser lo bastante listo para elegir la optativa de ciencias? ¿Has estudiado ciencias alguna vez? Quiero decir, ciencia de verdad, no la de los juegos de química.

AUGUST: Sí.

CHARLOTTE: ¡Lo han educado en casa, Julian!

JULIAN: ¿Y los maestros iban a su casa?

CHARLOTTE: ¡No, su madre le daba clases!

JULIAN: ¿Es maestra?

CHARLOTTE: ¿Tu madre es maestra?

AUGUST: No.

JULIAN: ¡Entonces, no es maestra de verdad! A eso me refiero. ¿Cómo puede enseñar ciencias alguien que no es un maestro de verdad?

CHARLOTTE: Seguro que te va bien, August.

JACK: Vamos a la biblioteca. Me estoy aburriendo.

JULIAN: Oye, August, ¿y por qué llevas el pelo tan largo?

JULIAN: ¿Puedo hacerte una pregunta?

AUGUST: Sí, claro. ¿No me la acabas de hacer?

JULIAN: ¿Qué le pasa a tu cara? ¿Te la quemaste en un incendio o algo así?

CHARLOTTE: ¡Julian, no seas grosero!

(Charlotte chilla ofendida, regañando a Julian)

JULIAN: ¡No soy grosero! Solo le estoy haciendo una pregunta. El señor Traseronian dijo que podíamos hacerle preguntas si queríamos.

CHARLOTTE: Pero no preguntas groseras como esa. De verdad... Además, nació así. Lo dijo el señor Traseronian, lo que pasa es que no estabas prestando atención.

JULIAN: ¡Claro que sí! Pero pensaba que a lo mejor también se lo había hecho en un incendio.

JACK: Anda ya, Julian. Cállate.

JULIAN: ¡Cállate tú!

JACK: Vamos, August. Vamos a ver la biblioteca.

(August comienza a seguir a Jack y ambos salen del auditorio, August tras él. Jack abre la puerta doble y, mientras August pasa, le mira a la cara. August le mira también y le sonríe. August tiene los ojos llorosos. Jack sonríe también).

AUGUST: ¿Has sabido que estaba sonriendo?

JACK: Sí, claro.

AUGUST: Me cuesta hacerlo. A veces me da por sonreír cuando tengo ganas de llorar, aunque no todo el mundo sabe que estoy sonriendo. Ya sabes, por mi cara.

JACK: ¿Sabes una cosa? Julian es imbécil. Pero, amigo, vas a tener que hablar.

(Jack habla en voz baja y con un semblante serio. August asiente mientras se oyen pasos de Julian y Charlotte que se aproximan hacia ellos).

AUGUST: Tienes razón. Sé que intentas ayudarme.

(Julian y Charlotte llegan hasta los otros dos personajes. Los cuatro se quedan callados durante algunos segundos).

AUGUST: Por cierto, la palabra es «supuestamente».

JULIAN: ¿De qué estás hablando?

AUGUST: Antes has dicho «suponiblemente».

JULIAN: ¡Qué va!

CHARLOTTE: Claro que sí. Has dicho que suponiblemente la optativa de ciencias es muy difícil. Te he oído.

JULIAN: Ni hablar.

JACK: Qué más da. Vámonos.

(Jack comienza a caminar y se oyen pasos que se alejan. Charlotte le sigue por las escaleras hacia la planta de abajo).

CHARLOTTE: Sí, vámonos.

(Sonido de pasos, pues August comienza a caminar tras Charlotte, pero Julian se pone delante y le hace tropezar).

JULIAN: ¡Ay, lo siento!

AUGUST: No lo dices de corazón.

 

         Arriba                      Arriba        

5.6. Adaptación del capítulo Elegid ser amables

Elaborado por los alumnos: Ainhoa Acebrón, Alicia Fraguas, Cristina Núñez, María Parralejo, Sandra Soria y Álvaro Suárez.

 

(UNA CLASE VACÍA. Suena el timbre que indica el fin de las clases y, tras bambalinas se escucha una voz).

AUGUST: ¡Que llego tarde a Lengua! (Se oye a alguien correr y August entra en escena jadeante. Se sienta en un pupitre de la última fila). Menos mal, la última fila, así nadie me verá.

(Sonido de gente entrando a la clase diferentes personajes. Todos los niños, compañeros de August y un hombre muy alto de barba rubia que deja su maletín y comienza a escribir en la pizarra).

JACK: (Habla con otro niño mientras se sienta al lado de August). ¡Anoche un tipo llamado Handblade22 destruyó mi fortaleza de Minecraft! ─protesta.

MATT: ¡Wow! A mi hermano Charlie le destrozaron su buque acorazado. No sabes lo mal que lo pasó…─responde. (Suena de nuevo el timbre, acto seguido se calla todo el mundo y el profesor se da la vuelta).

SEÑOR BROWNE: (Se presenta) Muy buenos días a todos, soy el señor Browne y voy a ser durante este semestre vuestro profesor de Lengua y Literatura. Durante este tiempo viajaremos por el mundo de las letras. (El profesor mira fugazmente a August, pero sigue hablando como si nada) Además, como lecturas obligatorias tendremos libros fantásticos como los de Harry Potter o El Hobbit. (Mientras el profesor habla, August garabatea en su cuaderno y mira disimuladamente a sus compañeros. Charlotte también está en esa clase, y también Julián y Henry. Miles no. El señor Browne hace una pausa).

SEÑOR BROWNE: ¿Alguien tiene alguna duda? (Nadie responde). Bien, pues comencemos con la clase. (El profesor se da la vuelta y comienza a escribir en la pizarra P-R-E-C-E-P-T-O. El profesor deletrea) P-R-E-C-E-P-T-O. ¿Quién sabe decirme lo que es un precepto? (Da una vuelta con la mirada por toda la clase. Todos se quedan callados, mirándose unos a otros. El señor Browne sonríe). Bien, no importa, escribid esta palabra en la parte superior de la primera página de vuestros cuadernos de lengua. (Mientras tanto, el señor Browne vuelve a escribir en la pizarra al mismo tiempo que lo dice en voz alta: PRECEPTOS = REGLAS SOBRE COSAS QUE SON REALMENTE IMPORTANTES). ¿Alguna idea ahora?

(Se escucha una voz suave y tímida, propia de alguien con miedo a equivocarse).

ALGUIEN: (Balbucea dubitativo, con voz tímida) ¿Es algo así como un lema?

SEÑOR BROWNE: ¡Eso es, como un lema! (Dice animado y entusiasmado por sentirse comprendido). También como una cita famosa o las frases que vienen con las galletas de la suerte. Puede ser cualquier cosa que nos motiva cuando tomamos una decisión sobre algo importante. (El señor levanta las cejas intentando adivinar, por las caras de sus alumnos, si lo habían entendido). ¿Lo entendéis ahora? (Todos asienten al mismo tiempo).

SEÑOR BROWNE: (Animando con las manos a sus alumnos para que aporten sus ideas). ¡Genial! Entonces, a ver, decidme, ¿qué cosas creéis que son realmente importantes?

NIÑOS: (Gritando) ¡Yo, yo!

(El señor Browne va señalando a todos los niños que quieren participar. Uno detrás de otro, empiezan a mencionar sus ideas).

NIÑO 1: (Levantando la mano al mismo tiempo que lo dice) ¡Las normas!

NIÑO 2: (Levantándose) ¡El trabajo!

NIÑO 3: ¡Los deberes!

SEÑOR BROWNE: (Mientras asiente, escribe todas las ideas dispersas por la pizarra) Eso es, eso es. ¡Venga! ¿Qué más? ¡Id diciéndomelo!

NIÑO 4: ¡La familia, los padres y los animales!

NIÑO 5: (Casi a gritos) ¡El medio ambiente!

(El señor Browne se da la vuelta y escribe en la pizarra ¡NUESTRO PLANETA!).

REID: ¡Los tiburones también son muy importantes, porque se comen todas las cosas muertas que hay en el mar!

NIÑO 6: ¡Las abejas!

NIÑO 7: ¡Los cinturones de seguridad!

(El señor Browne con cara de entusiasmo por todas las ideas que están dando los alumnos, escribe rápidamente todas estas ideas en la pizarra).

NIÑO 8: ¡Los amigos!

(El señor Browne continúa escribiendo todos los pensamientos en la pizarra y se da media vuelta mirando fijamente a sus alumnos).

SEÑOR BROWNE: Muy bien chicos, todas estas ideas están muy bien. Pero nadie ha dicho lo más importante de todo.

(Todos los niños se miran unos a otros asombrados porque no se les ocurre qué más cosas importantes pueden decir).

NIÑO 9: (Con tono dubitativo) ¿Puede ser Dios?

(Sin decir nada el señor Browne vuelve a darse la vuelta y escribe en la pizarra «Dios»).

NIÑO 6: (Habla en voz baja con el niño 7) Yo creo que por la cara que ha puesto el PROFESOR BROWNE esa no es la respuesta que esperaba.

(Mientras los niños hablan, debajo de todas las ideas anotadas en la pizarra, el señor Browne escribe con intensidad y en mayúsculas QUIÉNES SOMOS. Subraya esta frase recalcando su importancia. Inmediatamente se da la vuelta, mira a sus alumnos y empieza a lanzar muchas preguntas seguidas).

SEÑOR BROWNE: ¿Quiénes somos nosotros? ¿Qué clase de personas somos? ¿Qué clase de personas sois vosotros? (A medida que hace estas preguntas, su tono de voz va en aumento. Continua con más preguntas) ¿Acaso eso no es lo más importante de todo? ¿No debería ser esta la pregunta que nos hiciésemos a todas horas? ¿Qué clase de persona soy?

(El señor Browne hace una pausa, suspira, y continúa con otra pregunta. Esta vez un poco más relajado). ¿Alguien se ha fijado en la placa que hay junto a la puerta del colegio? ¿Alguien ha leído lo que pone? (Se produce un silencio total en la clase) ¿Nadie? (El señor Browne mira a su alrededor, pero nadie pronuncia ni una sola palabra). En la placa pone «Conócete». (Mientras lo dice, asiente y se le dibuja una sonrisa en la cara). Y estáis aquí, en la escuela, para conoceros.

JACK: (Haciéndose el gracioso) Pensaba que estábamos aquí para aprender lengua. (Todos los demás niños se ríen a carcajadas. El señor Browne también se ríe).

SEÑOR BROWNE: ¡Bueno, sí, para eso también! (El señor Browne se gira a la pizarra y escribe «EL PRECEPTO DE SEPTIEMBRE DEL SEÑOR BROWNE: CUANDO PUEDAS ELEGIR ENTRE TENER LA RAZÓN O SER AMABLE, ELIGE SER AMABLE». Esta vez en un tamaño aun mayor, ocupando toda la pizarra).

SEÑOR BROWNE: (Mirando a los alumnos y con voz seria) Escuchad todos. Quiero que empecéis una sección nueva en vuestro cuaderno que se va a llamar «Los preceptos del señor Browne». (Mientras el señor Browne habla los alumnos escriben lo que está diciendo en el cuaderno).

SEÑOR BROWNE: (Paseando por el aula) Poned la fecha de hoy en la parte superior de la primera página. A partir de hoy, y a comienzos de cada mes, voy a escribir un nuevo precepto en la pizarra y vosotros lo escribiréis en vuestros cuadernos. Luego hablaremos de ese precepto y de su significado.

(Los niños escuchan atentamente al señor Browne sin saber qué decir).

SEÑOR BROWNE: A final de cada mes cada uno escribirá una redacción sobre el precepto y lo que significa para cada uno de vosotros. Así al final de curso tendréis vuestra propia lista de preceptos.

SEÑOR BROWNE: (Se apoya en su mesa y continúa hablando) Durante las vacaciones de verano les pido a mis alumnos que piensen un precepto, lo escriban en una postal, y me la manden desde donde están de vacaciones.

NIÑA: (Sorprendida) ¿Y la gente de verdad lo hace?

SEÑOR BROWNE: (Se levanta de la mesa de un salto un poco molesto por la pregunta) ¡Claro que sí! La gente lo hace. Incluso algunos alumnos me han seguido enviando nuevos preceptos años después de graduarse. (Sonríe orgulloso) ¡Es increíble! (El señor Browne hace una pausa pensativa y, mientras, se acaricia la barba).

SEÑOR BROWNE: (Mirando por la ventana del aula) Pero ya sé que el próximo verano os parece muy lejos todavía. (Suelta una carcajada en tono desenfadado y los alumnos también se ríen). Así que hasta entonces relajaos mientras paso lista.

SEÑOR BROWNE: (Sentado en su silla y buscando la lista de nombres en la carpeta) Cuando acabemos, os contaré todas las cosas divertidas que vamos a hacer este curso (levanta la mirada y señala a Jack) en Lengua.

(Este último comentario y gesto del señor Browne causó más risas y murmullo entre los alumnos).

AUGUST: (Mientras escribe el precepto para septiembre en su cuaderno, y en voz baja) Al final, parece que el colegio va a acabar gustándome.

 

         Arriba                      Arriba        

Letra 15. Revista digital    Créditos | Aviso legal | Contacto | Mapaweb | Paleta | APE Quevedo