Letra 15. Revista digital
Revista digital de la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo» de Madrid - ISSN 2341-1643

Sección NUEVAS VOCES

Una práctica de aprendizaje contextual en la Sierra de Guadarrama

Ignacio Hernández Tijera

El autor cursó estudios de Grado en Español: Lengua y Literatura, así como el Máster en Formación del Profesorado, en la Universidad Complutense de Madrid.

ighern01@ucm.es

Resumen / Abstract

Resumen.

En este trabajo se analizan las diferentes posibilidades que ofrece el entorno de los centros educativos como herramienta para la enseñanza. La propuesta, por tanto, se enmarca dentro del aprendizaje contextual y tiene como objetivo principal, en este caso, el desarrollo de un contenido específico del área de Lengua castellana y Literatura para el curso de 2º de Bachillerato en un instituto de la zona noroeste de la Comunidad de Madrid. En concreto, se utilizará la Sierra de Guadarrama como recurso didáctico, así como la localidad en que se ubica el IES en cuestión, con miras a la enseñanza de la Poesía de Posguerra, tema prescrito por el currículo oficial para dicho curso.

Palabras clave: entorno, aprendizaje contextual, Lengua castellana y Literatura, Sierra de Guadarrama, recurso didáctico.

A context-based learning in the Sierra de Guadarrama

Abstract.

This paper analyzes the possibilities of using the school surrounding physical environment as a potential tool to support learning. The proposal therefore, uses a context-based learning approach, whose main objective is to develop specific contents of the Spanish Language and Literature subject area for 2nd grade of Bachillerato in a High School located in the North west area of Madrid. In particular, both the school specific location as well as the Sierra de Guadarrama surrounding area will be used a resource to frame the learning of Post-war Poetry, which is part of the content units included in the official curriculum.

Keywords: environment, context-based learning, Spanish Language and Literature, learning resource.

1. Justificación

En primer lugar, para hablar del aprendizaje contextual vamos a establecer dos premisas:

  1. El aprendizaje se puede producir en diversos lugares: el llamado aprendizaje en movimiento o ubicuo.
  2. El lugar puede convertirse en instrumento para el aprendizaje.

En otras palabras, la escuela no es el único sitio en donde se aprende y, por tanto, debe abrirse a otros espacios que actúen, asimismo, como fuente de conocimiento. Uno de esos lugares, acaso el principal al que debería atender, es aquel en el que se emplaza: su contexto.

Por aprendizaje contextual entendemos la utilización del entorno en que se ubica un centro educativo cualquiera como recurso didáctico. Es preciso aclarar este punto ya que, en ocasiones, dicho concepto alude también al aula, cuando no al centro educativo en general, como espacio propicio para el aprendizaje.

Lo cierto es que el concepto puede englobar más realidades y, consecuentemente, una cantidad proporcional de puntos de vista, siendo otro, por poner el caso, la familia. Por esta razón, también se denomina a este aprendizaje con el calificativo o sobrenombre de compartido.

No obstante, la perspectiva que hemos adoptado para esta práctica es la que interpreta el «contexto» en tanto que entorno físico en el que se localiza la escuela y que, por consiguiente, resultaría cercano en todos los sentidos a la comunidad educativa.

Entre los beneficios que se derivan del aprendizaje contextual podríamos señalar siete, principalmente:

  1. Favorece el aprendizaje significativo.
  2. Posee un carácter multidisciplinar que fomenta la experimentación y curiosidad del estudiante a nivel global, en lugar de hacerlo sobre un dominio determinado.
  3. Sirve para materializar las ideas, esto es, trasforma la teoría en algo real; y, por otra parte, contribuye a consolidar los conceptos, dado que genera modelos o representaciones mentales de estos.
  4. Ayuda al desarrollo del pensamiento crítico al reflexionar e interpretar los elementos de esa realidad circundante.
  5. Concede al alumno una suerte de autonomía e implicación en la labor de su aprendizaje, debido a su interacción directa con el objeto de estudio.
  6. Enriquece el campo afectivo-emocional, fortaleciendo un vínculo con el medio.
  7. Promueve la importancia de valores transversales, por ejemplo, ecológicos, despertando una conciencia de preservación del medio, así como de su historia y patrimonio.

En definitiva, el aprendizaje contextual nos brinda la oportunidad de diseñar propuestas educativas sugestivas, sin obviar las demandas del currículo, puesto que fomenta un aprendizaje significativo y realmente transversal, tal y como recomienda sistemáticamente este documento académico, conectando además con la inteligencia, es decir, el aprendizaje crítico de relación.

 

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2. Objetivos

2.1. Objetivos generales

  1. Despertar la curiosidad y el interés del alumno por descubrir/ conocer aquello que le rodea como base del aprendizaje significativo.
  2. Estimular la capacidad de relación de contenidos teóricos con posibles elementos presentes en la realidad conocida del alumno y, de esta manera, favorecer deseos de indagación.
  3. Potenciar la reflexión, la interpretación y el pensamiento crítico, a través de la experimentación con el contexto físico.
  4. Promover la estima por el medio ambiente, así como la concienciación por su cuidado.
  5. Mover al estudiante a la búsqueda propia de procedimientos de aprendizaje que le sirvan a lo largo de su vida y vayan abriendo así la puerta a un proceso cada vez más autónomo.
  6. Incentivar el gusto por la Lengua Castellana y Literatura, y el conocimiento, en general, como algo que no se limita a los libros, sino que se manifiesta a nuestro alrededor de múltiples formas.

 

2.2. Objetivos específicos

  1. Conocer los aspectos temáticos y formales de las dos primeras décadas de la Poesía de Posguerra en España, así como los autores y obras más significativos.
  2. Leer y analizar textos literarios representativos de la Poesía de Posguerra, identificando las características temáticas y formales, y relacionándolas con el contexto, el movimiento, el género al que pertenece y la obra del autor, además de constatar la evolución histórica de temas y formas.

 

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3. Metodología

El rasgo definitorio del aprendizaje contextual ─como queda expuesto en el apartado teórico anterior─ es la atención al medio físico que rodea a la escuela, con miras a su posible aplicación didáctica. De manera que, a fin de comprender la metodología que hemos empleado, es necesario, en este caso:

  1. Incidir en la localización del centro educativo.
  2. Relacionar el contexto con la poesía de posguerra.
  3. Describir la práctica llevada a cabo y sus características.

3.1. Localización del centro educativo

El IES Juan de Herrera se encuentra en el municipio de San Lorenzo de El Escorial, al noroeste de la Comunidad de Madrid y a 47 kilómetros de la capital.

Fachada principal del IES Juan de Herrera.

Esta población posee un importante patrimonio histórico-cultural y natural.

Con respecto a esta sucinta clasificación acerca de los variados elementos que atesora San Lorenzo de El Escorial, por cuyo valor pueden acompañar determinados aprendizajes, conviene recordar la importancia que condensa el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama no solo por su riqueza natural.

La Sierra de Guadarrama es, además, un entorno que acumula mucha historia, por lo que un paseo por sus caminos fácilmente puede convertirse en un viaje por los motivos culturales, de distinto tipo, que conviven en su amplia superficie. Entre otras cosas, ha sido escenario de varias guerras y de inspiración literaria para numerosos autores.

Pero, además, los vestigios históricos y lugares revestidos de homenaje a ilustres figuras aparecen glosados por sus respectivos paneles o carteles de montaña, como si de un museo al aire libre se tratara.

No tenemos más que acceder a la página del Parque Nacional para descubrir, por ejemplo, la historia literaria que alberga la Sierra de Guadarrama:

La presencia de la Sierra de Guadarrama en nuestro patrimonio literario es tan antigua casi como la literatura misma. Quizá la primera referencia sea la del Libro de la Montería de Alfonso XI, texto que recoge los animales de caza, los lugares donde cazarlos y por dónde hay que pasar para encontrarlos. Posteriormente, muchos libros medievales hablan del Guadarrama, siendo quizá el más destacado el Libro de buen amor del Arcipreste de Hita, escrito en ese mismo siglo XIV, con numerosas aventuras pastoriles, picarescas y divertidas.

Otros muchos como el Marqués de Santillana en sus serranillas tienen numerosas referencias a esta sierra como el camino que va a Lozoyuela o la bajada del Yelmo. El Siglo de Oro está plagado de obras que describen al Guadarrama como un escenario, un decorado grandioso. Cervantes, Lope de Vega, Vélez de Guevara, Tirso de Molina, Rojas Zorrilla y el mismo Góngora entre otros, sitúan algunas de sus obras en la majestuosa Guadarrama.

La época de la Ilustración también recorre esta sierra, destacando Antonio Ponz en su Viaje a España con las cartas al Valle del Lozoya y a El Paular con una minuciosidad memorable, o los mismísimos Nicolás Moratín y Jovellanos que «descubren» un paisaje lleno de enigmas y peligros. El Romanticismo también se hace eco de estos rincones, y no solo por autores españoles, sino que ingleses, franceses e italianos dejaron en sus escritos la memoria del Guadarrama.

Son muchos los nombres que han consagrado a esta sierra conforme han pasado los siglos hasta llegar al XIX, cuando se produce un importante cambio en la actitud y la mentalidad de descubrimiento del amor a la Sierra. Giner de los Ríos, Pío Baroja y, por supuesto, Antonio Machado dejan huella con su devoción guadarrameña. Quizá es en esta época cuando se siente y se entiende a la sierra como un elemento indispensable, siendo Enrique de Mesa el primero que se puede llamar «montañero».

Ya entrados en el siglo XX, autores como Ortega y Gasset o Carlos Fernández Shaw dejan su huella escrita en sus cumbres hasta llegar a Leopoldo Panero y el poeta Luis Rosales, que se afincó en Cercedilla. Más entrados en ese siglo, Cela, Sánchez Ferlosio o Vicente Aleixandre escriben textos casi geográficos y evocadores de nuestra sierra en sus novelas hasta llegar a los albores del siglo XXI. (La Sierra de Guadarrama en la literatura. Patrimonio Cultural. P. N. Sierra de Guadarrama, s.f.).

Igualmente, su atractivo es enorme desde el punto de vista didáctico. Eduardo Tejero Robledo, en Ocio y senderismo literario por la Sierra de Guadarrama. Del puerto de Tablada con el Arcipreste de Hita a «La senda de los poetas» (2007: 296), comenta en este sentido:

La Sierra de Guadarrama, antes de ser cielo velazqueño, fue calzada (al-balat de los árabes) y paso obligado de mesnadas, trashumancia, arrieros, peregrinos, viajeros y… bandoleros, a pesar de que los de Andalucía, Sierra Morena, Montes de Toledo y Gredos fueron más numerosos y alcanzaron mayor fama. A finales del XIX, la burguesía madrileña comenzó a elegir la Sierra como zona residencial. Lo testimonia Galdós en La desheredada (1881). También como «locus amoenus» o espacio propicio e inspirador para artistas, científicos e intelectuales hasta nuestros días.

Sorprende, efectivamente, la atención literaria acumulada por esta Sierra a través de los siglos, desde el Arcipreste de Hita al Marqués de Santillana, de García Tassara a Antonio Machado, de Enrique de Mesa, Vicente Aleixandre, García Nieto, Leopoldo Panero a Luis Rosales, animador de posadas, miradores y sendas literarias, sin olvidar la atención de la literatura de cordel. Los mediadores primeros en educación, padres y profesores, tienen aquí una propuesta sugestiva para recorrer el itinerario y rentabilizarlo escolarmente.

Por supuesto, hablar de pedagogía y de la Sierra de Guadarrama nos lleva a la mención obligada de Francisco Giner de los Ríos. Antonio Morales Moya nos explica lo que supuso esta zona para los institucionistas (1984: 95-96):

Con un paseo por Madrid, el 14 de diciembre de 1878, inició la Institución Libre de Enseñanza sus visitas y excursiones, reseñadas en el Boletín de la Institución desde 1879 […] La Sierra de Guadarrama fue el gran descubrimiento de la Institución Libre de Enseñanza. Prácticamente ignorada hasta entonces, no sólo por los madrileños, sino, incluso, por los propios campesinos, Giner y sus discípulos abrieron el camino del Guadarrama.

En El Guadarrama, espacio natural y cultural se aprecia la significación que a todos los niveles poseía la Sierra para la Institución Libre de Enseñanza y organizaciones derivadas de esta empresa como la Sociedad para estudios del Guadarrama (s.f.: 366-367):

La Sierra de Guadarrama se convierte en el escenario predilecto y paradigmático de este excursionismo pionero, tal como refleja el hecho de que se constituyese una asociación específicamente destinada a «la investigación de esta Sierra y su población bajo todos sus aspectos», «así bajo el aspecto geológico y geográfico, como en el de sus usos y costumbres; en el botánico y zoológico, como en el de sus tradiciones; en el de su clima y producción, como en los monumentos arqueológicos que conserva». Es el Guadarrama, sigue diciendo el manifiesto fundacional, la comarca «que más facilidades nos ofrece; que más riqueza de observaciones nos promete por tanto; que más nos atrae y más nos interesa por ser la que habitamos». Y por ello sus miembros «deben encaminarse ante todo al Guadarrama y hacer de la Sierra su primero y más abundante campo de exploraciones». Estas palabras resumen las razones del interés por el Guadarrama.

Sierra de Guadarrama. Visión panorámica de la zona norte.

 

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3.2. Relacionar el contexto con la Poesía de Posguerra

El contenido elegido se corresponde con la asignatura de Lengua castellana y Literatura y, concretamente, con el tema de la Poesía de Posguerra de los años 40 y 50. El proyecto se ha diseñado para el nivel de 2.º de Bachillerato.

A continuación, presentamos los elementos utilizados desde la óptica del aprendizaje contextual y su relación con el tema seleccionado:

  • Búnkers y trincheras de la Guerra Civil: Estas fortificaciones, construidas por ambos bandos en la Guerra Civil, nos servirán para la necesaria referencia a este atroz acontecimiento y, por ende, como preámbulo de la época en que nos vamos a centrar: la Posguerra. Además, conoceremos distintas rutas por las que ir descubriendo cada uno de estos peculiares refugios, gracias al libro Guadarrama: Tras las huellas de la guerra (2012).
  • El Valle de los Caídos: Construcción emblemática del triunfo del bando nacional y de la consecuente dictadura franquista.
  • El mirador de los poetas (Cercedilla): Este sitio nos sirve para hacer un primer y llamativo acercamiento a algunos poetas fundamentales de la poesía de los años 40: Luis Rosales, Leopoldo Panero, Vicente Aleixandre y José García Nieto. De la misma manera, los dos miradores de este paraje, el de Luis Rosales y el de Vicente Aleixandre, nos servirán de apoyo para realizar una aproximación a ambos autores como cultivadores de las tendencias poéticas de corte existencial que establece Dámaso Alonso en la primera década de Posguerra: la Poesía arraigada y la Poesía desarraigada.
  • Universidad María Cristina: Dámaso Alonso y Dionisio Ridruejo fueron alumnos de esta universidad.
  • San Lorenzo de El Escorial: En esta localidad nació y vivió Luis Felipe Vivanco. También pasó un período decisivo para el surgimiento de su actividad literaria el poeta social Gabriel Celaya. La revista Escorial y el grupo homónimo, asociados a la denominada tendencia arraigada, toman su nombre de este lugar.
  • Sierra de Guadarrama: La mayoría de estos poetas dedican versos a esta zona, como se aprecia en El mirador de los poetas y en los distintos poemas que se leerán en clase, como por ejemplo: La mañana, de José Hierro, o Qué hacer, de Blas de Otero.

De todos estos elementos contextuales, el que desempeña la función nuclear para nuestra práctica de campo es El mirador de los poetas, que incluimos en el marco de una actividad extraescolar, como punto idóneo para introducir el tema en cuestión de una manera diferente y siguiendo un procedimiento inductivo que favorezca el «conflicto cognitivo».

No en vano, Eduardo Tejero Robledo, en el ya citado viaje didáctico que propone por los rincones culturales de la Sierra de Guadarrama, hace especial hincapié en este mirador por representar cuando menos una garantía de motivación (2007: 302):

La motivación ideal: programar con el alumnado un «viaje pedagógico lúdico y literario al Valle de la Fuenfría y La Senda de los Poetas 1 .

. El carácter interdisciplinar viene facilitado por la inmersión en el entorno serrano, el bosque denso con su variado mundo biológico, más las vías pecuarias, la calzada romana, los caminos del senderismo, el ferrocarril, el deporte alpino, los albergues, refugios, embalses, los pueblos y sus gentes, arte y monumentos, memoria de los poetas…

Este mismo autor hace una descripción del lugar, que nos parece apropiado añadir aquí, dado que estos miradores constituyen el eje de nuestro proyecto:

El senderista puede acceder desde las Dehesas, tomar la calzada romana hasta contactar con la carretera de la Fuenfría o de la República y seguir hasta la primera gran revuelta donde se hallará ante el Mirador de Vicente Aleixandre (1896-1894), Nobel de Literatura (1977), autor de Historia del corazón (1954), donde fluye la voz panteísta en comunión con la naturaleza. En fuerte roquedal han quedado sus versos:

¿Sobre esta cima solitaria os miro,

campos que nunca volveréis por mis ojos.

Piedra de sol inmensa, eterno mundo,

y el ruiseñor tan débil, que en su borde lo hechiza.

 

Lo inauguró Luis Rosales en 1985, con estas palabras de autodefinición:

Un poeta es, ante todo, un mirador del mundo; un poeta es una atalaya para ver la vida de una manera más bella, más patética, más concentrada, más serena.

Y por la senda que nos llevará al Mirador o Posada de Luis Rosales, hallaremos en las rocas versos de Antonio Machado a Giner de los Ríos:

¡Oh, sí!, llevad, amigos,

su cuerpo a la montaña,

a los azules montes

del ancho Guadarrama.

Del ovetense José García Nieto (1914-2001), premio Cervantes (1996):

Afila Siete Picos en la sombra

su aguda dentellada.

Del sevillano Gabriel García Tassara (1817-1875), adelantado en sensibilidad serrana:

Cumbres de Guadarrama y de Fuenfría

columnas de la tierra castellana.

Del astorgano Leopoldo Panero (1909-1962) la expresión emocionada ante el paisaje:

Camino de Guadarrama

nieve fría de febrero,

y a la orilla de la tarde

el pino verde en el viento.

 

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El itinerario poético llega al Mirador o Posada de Luis Rosales (1910-1992), con espléndida vista de Cercedilla, Los Molinos y el valle. En el roquero, tres memoriales del poeta granadino: sobre la roca viva una sentida cuarteta:

Las noches de Cercedilla

las llevo en mi soledad

y son la última linde

que yo quisiera mirar.

El segundo, una hornacina con inscripción en bronce, invitación y ruego solidario al pasajero:

Debajo de esta piedra hay unos libros de Luis Rosales para que tú los puedas leer mientras estás en este mirador, disfruta con ellos al tiempo que contemplas este paisaje y luego déjalos, por favor, donde los encontraste, para que otros puedan también gozar de su lectura.

El tercero, un soneto existencial, grabado también en bronce: El pozo ciego:

Bien sé que la tristeza no es cristiana,

que ayer siempre es domingo y que te has ido;

ahora debo reunir cuanto he perdido,

nieve niña eres tú, nieve temprana

jugando con el sol de la mañana,

nieve, Señor, y por la nieve herida

vuelve a sentir mi sangre su latido,

su pozo ciego de esperanza humana.

¿No era la voz del trigo mi locura?

Ya estoy solo, Señor, y ahora quisiera

ser de nieve también y amanecerte;

hombre de llanto y de tiniebla oscura

que espera su deshielo en primavera

y esta locura exacta de la muerte.

Ahora podemos regresar a la carretera para continuar la subida y, a pocos pasos, en un claro de la izquierda, encontramos el Reloj de Cela, dedicado con todo honor a quien alentó el recorrido de tantas tierras de España. Premio Cervantes (1995) y antes Nobel de Literatura (1989), Camilo José Cela precisamente en Judíos, moros y cristianos (1956), arranca en el puerto de Navacerrada y terminará su peripecia bajando de Gredos, pero dedicará a estas cumbres su Cuaderno del Guadarrama (1952, 2007: 309-311).

El monumento consiste en un gran reloj de sol que incluye los signos del zodíaco y la manera de determinar la hora, si contamos con día soleado.

Para completar esta aproximación a los miradores, hemos de aportar ahora algunas pinceladas más sobre su origen. Para ello, nada mejor que el testimonio del que fueron partícipes los miembros de Trotamontes y que modelaron, después, en el relato que lleva por título: Historia de los miradores de los poetas Vicente Aleixandre y Luis Rosales.

El 20 de septiembre de 2003, don Antonio Sáenz de Miera (amigo personal del poeta Luis Rosales y creador de la Asociación Amigos del Guadarrama), visita tras varios años el Mirador y al conocer en el mismo la iniciativa de Trotamontes (el libro de notas en el que los senderistas expresan sus sentimientos desde septiembre de 2001) se pone en contacto con nosotros, concediéndonos una entrevista ampliamente enriquecedora, en la que nos facilita de forma oral y con documentación de la época una amplia visión sobre el nacimiento de estos Miradores, la cual pasamos a describiros.

La idea original era llamar fundamentalmente la atención sobre la Sierra de Guadarrama, sobre la necesidad de protegerla, cuidarla, amarla. Para eso, el 25 de julio de 1984 se comenzó haciendo una marcha con el nombre de «Aurrulaque» (nombre originario de la parte más preciada de los montes de Cercedilla) a la pradera de Navarrulaque. El primer año se leyó un manifiesto en defensa de la Sierra de Guadarrama. El segundo año fue cuando le dieron el premio Nobel a Vicente Aleixandre y de ahí surgió la idea de realizar el mirador de Vicente Aleixandre, que promovieron don Antonio Sáenz de Miera (en aquella época Presidente de la Asociación Cultural Cercedilla) y don Juan Bielba (actual director del Parque Natural de Peñalara). A partir de la construcción del mirador de Vicente Aleixandre (1985), los Aurrulaques siguieron realizándose como una marcha corta a la pradera de Navarrulaque en la que se leía un manifiesto y se construía algo respetuoso con el medio ambiente que relacionara el mundo de la cultura con la naturaleza, y la gente que lo viera lo integrara en el paisaje.

[…] Luis Rosales estableció residencia en Cercedilla en 1961. Con motivo de su veinticinco aniversario en la localidad, «Aurrulaque 86» le dedicó el Mirador-Posada que lleva su nombre, desde el que se puede divisar una panorámica completa del pueblo de Cercedilla.

[…] En los primeros tres años, los visitantes del Mirador tenían a su disposición libros de Rosales firmados y dedicados por el poeta, pero el continuo robo de los mismos, provocó que finalmente desaparecieran para siempre.

[…] «Los Aurrulaques» se han venido repitiendo hasta la actualidad, manteniendo la idea originaria de unir cultura y naturaleza.

Fuente del Aurrulaque o de Díaz Luque.

Finalmente, nos alegramos de que el «Aurrulaque» continúe realizándose, y nosotros, desde nuestra modesta posición, continuaremos con nuestra iniciativa en el Mirador-Posada Luis Rosales (el cuaderno de notas de los senderistas) y más aún, cuando gracias a D. Antonio, hemos comprobado que sin saberlo, todos cuantos habéis escrito o leído el cuaderno, habéis realizado el deseo del poeta: «posar, mirar y pensar». 

 

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3.3. Describir la práctica llevada a cabo y sus características

La práctica consiste en hacer nuestro particular «Aurrulaque» con uno de los cursos de 2º de Bachillerato. Se desarrolla en una jornada escolar y responde al siguiente esquema:

3.3.1. Antes de la actividad extraescolar:

  • Materiales: cuaderno (diario de campo) y bolígrafo.
  • Los alumnos expondrán sus ideas previas sobre el tema de Literatura de Posguerra.

3.3.2. Durante la actividad extraescolar:

3.3.2.1. Llegada en autobús al aparcamiento de Majavilán, en las Dehesas de Cercedilla.

El estacionamiento debe hacerse 500 metros antes de este punto, en frente del Centro de Visitantes del Valle de la Fuenfría, pues no está permitida la entrada de autobuses.

3.3.2.2. Comienzo de la travesía.

Dos posibles rutas hasta El mirador de los poetas:

  1. Desde el parking de Majavilán continuaremos por la pista forestal hasta la barrera que prohíbe la entrada de vehículos al camino. Seguiremos este último hasta llegar al Puente del Descalzo y la calzada romana. Al poco de dejar atrás el puente, encontraremos una senda que se desvía a mano derecha, el Camino de Agromán, en cuyo inicio hay una puerta para senderistas. Nos iremos fijando en todo momento en los puntos naranjas que marcan la ruta a lo largo de la Vereda de Enmedio, que nos conducirá hasta la Carretera de la República o Puricelli. Una vez salimos a esta antigua carretera, caminaremos hacia la derecha hasta llegar a nuestro destino.
  2. Desde el parking de Majavilán continuaremos por la pista forestal hasta la barrera que prohíbe la entrada de vehículos al camino. En lugar de pasar a este, proseguiremos por la pista hacia arriba y, en la bifurcación, giraremos hacia la derecha. Avanzando en este sentido, pasaremos (ahora sí) otra barrera para vehículos y entroncaremos, después de unos minutos caminando, con la Carretera de la República, la cual nos lleva hasta El mirador de los poetas. Esta opción se podría contemplar en el supuesto caso de alumnos con impedimentos físicos de cierto grado, ya que el trazado entraña menos dificultad que el anterior. Además, los guardas forestales nos han informado de que, si hubiera personas con movilidad reducida, se podría conseguir incluso un permiso de acceso con vehículo hablando con el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama o con el Centro de Visitantes del Valle de la Fuenfría, en su defecto, ya que por esta ruta circulan coches autorizados.

La ruta completa (ida y vuelta) consta de 9,3 km, es decir, en torno a una hora y media cada parte.

3.3.2.3. En El mirador de los poetas:
  1. «Posar, mirar y pensar» (como aconsejaba hacer Luis Rosales).
  2. Leer los versos del lugar y escribirlos en el diario de campo.
  3. Crear unos versos dedicados a la Sierra de Guadarrama, que luego se leerán en el «anfiteatro» que simulan las piedras situadas delante del Mirador de Luis Rosales.

  4. Escribir cada uno un manifiesto en defensa de la naturaleza y leerlo desde el Mirador de Vicente Aleixandre. Este mirador es el sitio ideal para esta actividad, porque imita una tribuna, la cual se orienta hacia una pradera cercana, donde se situaría el auditorio mientras se leen los manifiestos.
  5. Expresar sus impresiones sobre el lugar en el libro de notas que la Asociación Trotamontes ha dejado en el buzón situado en el Mirador de Luis Rosales.

3.3.3. Después de la actividad extraescolar:

  1. Recabar información sobre los autores de los versos presentes en de El mirador de los poetas.
  2. Identificar a los poetas del período de la Posguerra y hacer una breve reseña de cada uno.
  3. Hacer un texto argumentativo en defensa de la naturaleza, sirviéndose del manifiesto escrito en El mirador de los poetas y haciendo alguna referencia explícita a este lugar.
  4. Buscar otros lugares en la Sierra de Guadarrama con significado literario, visitarlos cuando sea posible y registrar la experiencia en el diario de campo.  

 

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4. Conclusiones

Uno de los aspectos que más satisfecho me hace sentir de este estudio es la certeza de haber estado dedicando el tiempo a hacer algo realmente útil para la educación de las personas. Este convencimiento nace no solo de analizar los resultados obtenidos al respecto, sino también de la manera en que el aprendizaje contextual me ha ayudado personalmente.

Por otra parte, mi confianza en este enfoque no se deriva de entenderlo de manera aislada, sino como adición para otros modelos; dicho de otro modo, creo que en la medida en que se constituye como pieza de un engranaje, su repercusión más importante sobre la educación es la que ejerce mejorando la efectividad de todo ese conjunto que integra.

Así las cosas, considero que el aprendizaje contextual se traduce en uno de los más antiguos métodos de enseñanza, a la vez que representa, paradójicamente, un innovador recurso didáctico en nuestros días.

Pero, sin duda, lo más gratificante de este trabajo ha sido aprovechar un espacio que tanto admiro, la Sierra de Guadarrama, como acompañante en esta primera experiencia docente. Muchos han sido los paseos durante estos meses disfrutando de este entorno, mientras trataba de combinar el exuberante entramado cultural que encierra con la enseñanza en las aulas.

Si a ese sentimiento le añadimos, además, el que podía adivinarse en los gestos, en las preguntas, en los comentarios de los alumnos que con entusiasmo compartían al instante por estar dándole protagonismo a un lugar cuyo conocimiento nos une, entonces la gratificación no se puede expresar con palabras.

Habida cuenta de que la Sierra de Guadarrama es un magnífico recurso didáctico, me gustaría recomendar algunas actividades de esta índole como, por ejemplo, una excursión a la Peña del Arcipreste de Hita, cerca del Alto de los Leones. En este monumento declarado de interés nacional en 1930, ideado por Menéndez Pidal, encontramos versos de este particular poeta del s. XIV, así como un ejemplar de su Libro de buen amor dentro de una arqueta de madera, en uno de los huecos de la peña. En los alrededores, encontramos diversos carteles de montaña que nos explican algunos pormenores de este conmemorativo lugar y en los cuales también se recogen versos de otros poetas, como aquellos de Antonio Machado cuando en 1911 iba camino de Valsaín, descubriendo los campos castellanos:

¿Eres tú, Guadarrama, viejo amigo,

la sierra gris y blanca,

la sierra de mis tardes madrileñas

que yo veía en el azul pintada?

Por tus barrancos hondos

y por tus cumbres agrias,

mil Guadarramas y mil soles vienen

cabalgando conmigo, a tus entrañas.

También son muy recomendables las expediciones juveniles Giner de los Ríos, que van por su 2ª edición. Esta iniciativa en recuerdo a la primera salida pedagógica realizada por Giner de los Ríos y Bartolomé Cossío, está organizada por el Ayuntamiento de Cercedilla y destinada a jóvenes de edades comprendidas entre los 12 y 17 años, y consiste en «una aventura formativa itinerante a través de la Sierra de Guadarrama». Concretamente, se trata de una excursión de seis días en los que ─especifican─ «se aprenderán técnicas de montaña, aire libre e interpretación histórica, cultural y natural del entorno, que constituyen una magnífica oportunidad para la superación personal y el desarrollo social y emocional de los jóvenes en contacto con la naturaleza».

En cuanto a la práctica en El mirador de los poetas, pienso que puede ayudar bastante a los alumnos a ver con otros ojos la literatura, a potenciar su gusto por ella. Me imagino que ya ha sido utilizado con este fin por profesores de Lengua Castellana y Literatura, aunque lo desconozco. Lo cierto es que esta zona, si bien se ajusta a la enseñanza de esta disciplina, más aún lo hace a la Literatura de Posguerra en forma de introducción a este tema.

He de decir que me habría gustado completar el proyecto iniciando la actividad con el Tren de la Naturaleza, que sale de Cercedilla; pues, a lo largo de los 40 minutos de su trayecto (Cercedilla - Puerto de Navacerrada - Cotos - Cercedilla), se observan las espectaculares vistas del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, a la par que se conocen las peculiaridades del entorno mediante un vídeo reproducido en una pantalla, que está colocada en uno de los vagones, y a través de la exposición de los guías del Centro de Visitantes del Valle de la Fuenfría. Finalmente, no lo incluí en el organigrama, porque solo podía realizarse durante el verano y, en cualquier caso, supuse que tal vez eran demasiadas cosas para hacer en un mismo día.

Por último, como futura línea de investigación/actuación, quiero sugerir una forma diferente de abordar el tema: planteándolo en colaboración con otros centros educativos situados en contextos distintos. Según esta variante, cada centro elaboraría una propuesta enfocada a su entorno y, posteriormente, se intercambiarían tales proyectos con el propósito de que los estudiantes descubran lugares nuevos (o al menos facetas desconocidas de estos), mediante una directriz cultural. En este sentido, no hay que olvidar que el aprendizaje contextual se denomina también «compartido»  2 .

 

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5. Referencias

Síntesis del Trabajo Fin de Máster, del Máster en Formación del Profesorado, dirigido por el Dr. D. Enrique Ortiz Aguirre y presentado en la convocatoria de junio de 2017.

Este Trabajo ha sido galardonado con el Primer Premio de Trabajo Fin de Máster (2017), al ser considerado como el mejor entre todos los trabajos recibidos de más de quince Universidades. El premio lo convoca el Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de la Comunidad de Madrid.

5.1. Citas

 1  Este lugar se conoce, principalmente, como «El mirador de los poetas», si bien existen otras denominaciones, menos usuales entre los lugareños, como la forma en plural y la utilizada por este autor aquí, «La Senda de los Poetas».
 2 La obra Geografía literaria de la provincia de Madrid (1992), de José Fradejas, sería de gran utilidad para desarrollar esta propuesta.
 

5.2. Bibliografía

Artículos de revista

  • BURBULES, N. C. (2014). «El aprendizaje ubicuo: nuevos contextos, nuevos procesos». Entramados: educación y sociedad, n.º 1, págs. 131-134. [Obtenido de Dialnet].
  • CANTÓN MAYO, I. (2001). «La formación de los profesores para la utilización del entorno como recurso didáctico». Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, n.º 40, págs. 147-174. [Obtenido de Dialnet].
  • CATRET MASCARELL, M.; MARTÍN CARBONELL, S. (2011). «Aprendiendo geometría en el entorno: una experiencia docente».  Edetania: estudios y propuestas socio-educativas, n.º 40,  págs. 127-135. [Obtenido de Dialnet].
  • GONZÁLEZ CORTÉS, J. R (2010). «La vida cotidiana como recurso didáctico y fuente de investigación en las Ciencias Sociales». Tejuelo: Didáctica de la Lengua y la Literatura. Educación, nº Extra 4, págs. 66-83. [Obtenido de Dialnet].
  • MORALES MOYA, A. (1984). «El viaje en la pedagogía de la Institución Libre de Enseñanza».  Estudios turísticos, n.º 83, págs. 85-99. [Obtenido de Dialnet].
  • MOYANO VIDA, M. C. (2010). «Curiosidad, interés por el mundo y amor por el conocimiento». En en Aplicaciones educativas de la psicología positiva (coord. por Agustín Carauna Vañó), págs. 185-201. [Obtenido de Dialnet].
  • SÁNCHEZ BARBUDO-TAPIADOR, M. C.; URONES JAMBRINA, C.; VACAS PEÑA, J. M (1997). «La investigación del entorno natural de la escuela como recurso didáctico». Docencia e Investigación: Revista de la Escuela Universitaria de Magisterio de Toledo, Año 22, n.º 7, págs. 217-228. [Obtenido de Dialnet].
  • TEJERO ROBLEDO, E. (2007). «Ocio y senderismo literario por la Sierra de Guadarrama: Del Puerto de Tablada con el Arcipreste de Hita a «La Senda de los Poetas»».Didáctica (Lengua y Literatura), n.º 19, págs. 295-314. [Obtenido de Dialnet].
  • VAELLO ORTS, J. (2009). «Educar los sentimientos. El profesor emocionalmente competente».  Crítica, Año 59, n.º 964, págs. 26-30. [Obtenido de Dialnet].
  • VALLEJO RUIZ, I. (2016). «El uso de los parques naturales como recurso didáctico. Propuesta de una visita al parque regional del sureste». Didácticas Específicas, n.º 14, págs. 130- 134. [Obtenido de Dialnet].

Obras de consulta

  • FRADEJAS LEBRERO, J. (1992). Geografía literaria de la provincia de Madrid. Madrid, C.S.I.C.
  • FREIRE, P.; FIORI, H.; FIORI, J. L. (1975). Educación liberadora. Madrid, Zero.

5.3. Créditos del artículo, versión y licencia

HERNÁNDEZ TIJERA, Ignacio (2018). «Una práctica de aprendizaje contextual en la Sierra de Guadarrama». Letra 15. Revista digital de la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo» de Madrid. Año V. Nº 8. ISSN 2341-1643
[URI: L15-08-21-Nuevas.voces-Ignacio.Hernandez.Tijera-Una.practica.de.aprendizaje.contextual.en.la.Sierra.de.Guadarrama.html]

Recibido: 19 de diciembre de 2017.

Aceptado: 14 de marzo de 2018.

 

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