Letra 15. Revista digital
Revista digital de la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo» de Madrid - ISSN 2341-1643

Sección ARTÍCULOS

La obra poética de Blas de Otero

Juan Antonio Marcos

Fernando Carratalá Teruel

El autor (Alicante, 1947) es Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Literaria de Valencia y doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Murcia. Como catedrático ha ejercido docencia en Institutos hasta 2012. Ha venido colaborando con el Centro Universitario Villanueva —adscrito a la Universidad Complutense—, en calidad de Profesor de Didáctica de la Lengua Española; y también con la Universidad de Mayores del Colegio Profesional de la Educación de Madrid (CDL), a cuya Junta de Gobierno pertenece, y de la que es Vicedecano. Colabora asiduamente en cursos de formación del profesorado organizados por CTIF de la Comunidad de Madrid, FERE-Madrid, CDL-Madrid, etc. Es autor de centenares de artículos de crítica literaria y de dos manuales: Manual de ortografía española (Editorial Castalia, 1987) y Manual de vocabulario español (Editorial Castalia, 2006).

Entre sus obras más recientes figuran: Tratado de didáctica de la ortografía española, Taller de ortografía avanzada, Textos descriptivos: Composición, análisis y comentarios, Taller de textos descriptivos (las cuatro obras publicadas por Ediciones Octaedro, en 2013); El análisis estilístico de textos literarios y su aplicación a la enseñanza de la Lengua; De la comprensión lectora al disfrute estético (ambos de la Editorial Sial-Pigmalión, 2015) y El comentario lingüístico de textos literarios y su aplicación a la enseñanza de la Literatura (Sial-Pigmalión, 2016).

fcarratala@gmail.com

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Resumen / Abstract

Resumen.

En el centenario del nacimiento de Blas de Otero se analiza su obra poética: su intertextualidad, sus recursos lingüísticos y sus técnicas poéticas.

Palabras clave:poesía social, poesía desarraigada, intertextualidad, estrofa, esquemas métricos.

The poetical Works of Blas de Otero

Abstract.

This paper analyzes Blas de Otero’s poetical works on the 100th anniversary of his birth by focusing on his intertextuality, his figures of speech and his poetic techniques.

Keywords: social poetry, «rootless» poetry, intertextuality, strophe, meter in poetry.

 

 

1. Otero en el contexto de la poesía contemporánea española

Celebramos el primer centenario del nacimiento del escritor vasco Blas de Otero (Bilbao, 15-3-1916; Majadahonda —Madrid—, 29-6-1979) que se mantuvo al margen de grupos literarios siguiendo un camino muy personal, aunque en él aparecen las tendencias en las que crecen y maduran los nuevos poetas de la posguerra: poesía de tono religioso, poesía de intención anticlasicista y antiformalista (poesía «desarraigada», en denominación de Dámaso Alonso), y la llamada poesía «social». Blas de Otero queda inmerso en estas tres tendencias, pero sin ser en ninguna de ellas un mero seguidor de una moda poética.

Obras

La trayectoria poética de Otero en lo temático e ideológico apunta con seguridad a una meta: la progresiva inclusión del poeta en el «nosotros», su olvido de sí mismo para perderse en el mar del «nosotros», en esa fronda de turbias frentes y sufrientes pechos. Como señala el profesor Alarcos Llorach, la poesía es para Blas de Otero labor de apostolado

de sumergimiento en la inmensa mayoría, de poner el dedo en las llagas que padece y sufrirlas con ella, de manera que así despierte y comience a levantar las ruinas [...]. La obra de Otero es, pues, una tarea de por vida, de despertador de la conciencia humana, de apelación a la íntima verdad.

(Cf. La poesía de Blas de Otero —quizá uno de los mejores libros que se han escrito sobre el poeta—. Salamanca, ediciones Anaya, 1966. Edición de referencia: Madrid, ediciones Anaya, 1973. Colección Temas y estudios).

Otero, vuelto a los hombres, escribe:

Definitivamente cantaré para el hombre.

Algún día —después— alguna noche,

me oirán. Hoy van —vamos— sin rumbo,

sordos de sed, famélicos de oscuro.

[de Ángel fieramente humano]

y desea darles paz:

Allá voy voceando paz,

a pasos agigantados, avanzando a brincos

incontenibles.

[de Ancia]

Yo doy todos mis versos por un hombre

en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,

mi última voluntad

[de Pido la paz y la palabra]

Si me muero, que sepan que he vivido

luchando por la vida y por la paz.

Apenas he podido con la pluma,

apláudanme el cantar.

[de Que trata de España]

Y es sobre España donde Otero quisiera derramar y vocear sus palabras de paz, sobre una España que no esté royendo ni se trague a sus propios hijos. La paz aportará la alegría que Otero pide para su patria:

Para ti, patria, árbol arrastrado

sobre los ríos, ardua España mía,

en nombre de la luz que ha alboreado

alegría.

[de Pido la paz y la palabra]

Y en paz y alegría los hombres podrán entrar

a pie desnudo en el arroyo claro,

fuente serena de la libertad.

 

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2. La escasa producción de Otero

Blas de Otero es poeta demasiado exigente consigo mismo; corrige mucho sus versos y ha publicado con parquedad y con lentitud: «Corrijo —nos dice Otero—, casi exclusivamente, en el momento de la creación: por contención, por eliminación, por búsqueda y por espera»; contención y eliminación que hacen que su poesía sea concentrada, conceptual, difícil ya que no hermética; búsqueda y espera que explican la parquedad y el retraso de su producción pública. Lentitud, firmeza, trabajo y reflexión son los conceptos que desde un principio informan el quehacer poético de Otero. En el poema La Obra [uno de los cuatro poemas publicados en marzo de 1941 en Albor. Cuaderno de poesía. Anejo al diario de Pamplona «El pensamiento navarro»] nos dice el poeta:

Ya está cerca el secreto. Lenta pluma,

alto trabajo firme y pensativo

contándome las horas por la espalda.

En los pocos títulos publicados, la poesía de Otero se nos revela como una de las que presentan un mayor aprovechamiento de todos los recursos expresivos que ofrece la lengua, así como una íntima simbiosis entre contenido y expresión. Los siguientes títulos son el reflejo de su primera etapa poética: Cántico espiritual (San Sebastián, Los Cuadernos de Alea, 1942, primera serie, número 2), Ángel fieramente humano (Madrid, Colección Ínsula, 1950), Redoble de conciencia (Barcelona, Instituto de Estudios Hispánicos, 1951) y Ancia (Barcelona, A[lberto] P[uig Palau], Editor, 1958 (esta obra contiene refundidos los dos libros anteriores y treinta y seis poemas inéditos).

Obras

Y estos otros títulos corresponden a su segunda época: Pido la paz y la palabra (Torrelavega, Colección Cantalapiedra, 1955), Parler clair / En castellano (París, Pierre Seghers, 1959. Edición bilingüe, con traducción de Claude Couffon), Hacia la inmensa mayoría (Buenos Aires, 1962), Esto no es un libro (Puerto Rico, Universidad de Puerto Rico, 1963), Que trata de España (París, Ruedo Ibérico, 1964), Mientras (Zaragoza, ediciones Javalambre, 1970. Colección Fuendetodos). En una nota que el autor coloca al final de este libro nos informa de que la mayor parte de los poemas que lo integran pertenecen a un libro que llevará el título de Hojas de Madrid y que han sido escritos entre 1968 y 1977. Y, en efecto, el título Hojas de Madrid con la Galerna se publica 31 años después de la muerte del poeta —en 2010—, editado por Sabina de la Cruz, en Galaxia Gutenberg. Círculo de Lectores (y consta de 309 poemas, 161 inéditos).

Su labor como prosista queda recogida en los siguientes títulos: Expresión y reunión (1941-1969) (Barcelona, Alfaguara, 1969; con posterioridad, en 1981, una nueva edición ampliada con nuevos poemas —que fija definitivamente el texto— y prologada por Sabina de la Cruz fue publicada por Alianza Editorial con el título Antología poética: Expresión y reunión; y reeditada en 2005 en la colección El libro de bolsillo, núm. 5062); y también Historias fingidas y verdaderas (Barcelona, 1970), obra editada con posterioridad por Alianza Editorial (1980. Colección El libro de bolsillo, núm. 774).

Obras

Algunas ediciones actuales: Ancia (Madrid, Visor libros, 1984. Colección Visor de Poesía, núm. 12; edición anterior: Madrid, Alberto Corazón, 1971, 8.ª edición. Colección Visor de Poesía, núm. 12). Pido la paz y la palabra (Barcelona, editorial Lumen, 2001. Colección Poesía, núm. 1). En castellano (Barcelona, editorial Lumen, 1982, 2.ª edición. Colección Poesía, núm. 25). Que trata de España (Madrid, Visor Libros, 1985, 5.ª edición. Colección Visor de Poesía, núm. 78).

 

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3. La «poética» de Otero

[Para la «poética» de Blas de Otero, vidi: Poéticas, sitio web de Paco García (http://poeticas.es/?p=545)]

Frente a la poesía minoritaria, Otero apuesta por una poesía para la mayoría, expresada en un lenguaje tan directo como eficaz. Así lo declara expresamente en el soneto titulado Y el verso se hizo hombre, incluido en Ancia. Otero opone su poesía a la de los que él llama «poetas tentempié, gente ridícula», «esos poetas cursis, con sordina, / hijos de sus papás»; frente a los que afirma su otra forma de hacer poesía: «Hablo como en la cárcel: descarando / la lengua», «Escribo como escupo»; poetas contra los que termina gritando: «¡Atrás esa bambolla! ¡Que se calle!». Este es el soneto completo, que también pertenece a Ancia, en el que figuran los anteriores versos:

Hablo de lo que he visto: de la tabla

y el vaso; del varón y sus dos muertes;

escribo a gritos, digo cosas fuertes

y se entera hasta dios. Así se habla.

 

Venid a ver mi verso por la calle.

Mi voz en cueros bajo la canícula.

Poetas tentempié, gente ridícula.

¡Atrás, esa bambolla! ¡Que se calle!

 

Hablo como en la cárcel: descarando

la lengua, con las manos en bocina:

«¡Tachia! ¡qué dices! ¡cómo! ¡dónde! ¡cuándo!»

 

Escribo como escupo. Contra el suelo

(oh esos poetas cursis, con sordina,

hijos de sus papás) y contra el cielo.

[Tachia es el apodo creado por Otero a partir de la inversión de las dos últimas sílabas de Conchita. En realidad se trata de Concepción Quintana, poetisa con la que Otero mantuvo una entrañable amistad hasta la muerte del poeta, en 1979. Su casa de París se convirtió en un lugar de encuentro cultural para escritores exiliados durante el franquismo.]

Y muy significativo resulta el poema A la inmensa mayoría, escrito en cuartetos asonantados, que comienza el libro que inaugura el segundo ciclo poético de Blas de Otero: Pido la paz y la palabra. Su poesía anterior —expresión de sus anhelos religiosos, de su diálogo sin respuesta con el Dios del Antiguo Testamento y la situación de desvalimiento en que queda el hombre— le parece ahora tremendamente insolidaria; por eso Otero «rompió todos sus versos» (verso 4) y, dando un giro radical a su poesía, «un buen día bajó a la calle» (verso 3) para enfrentarse con el dolor de las gentes que sufren, clamando por la paz y la justicia; tal y como recoge el cuarteto con el que concluye el poema, verdadera declaración de intenciones de un poeta comprometido ya de por vida con los problemas humanos de la colectividad.

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre

aquel que amó, vivió, murió por dentro

y un buen día bajó a la calle: entonces

comprendió: y rompió todos sus versos.

 

Así es, así fue. Salió una noche

echando espuma por los ojos, ebrio

de amor, huyendo sin saber adónde:

adonde el aire no apestase a muerto.

 

Tiendas de paz, brizados pabellones,

eran sus brazos, como llama al viento;

olas de sangre contra el pecho, enormes

olas de odio, ved, por todo el cuerpo.

 

¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces

en vuelo horizontal cruzan el cielo;

horribles peces de metal recorren

las espaldas del mar, de puerto a puerto.

 

Yo doy todos mis versos por un hombre

en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,

mi última voluntad. Bilbao, a once

de abril, cincuenta y uno.

                                           Blas de Otero

Otero, sin embargo, no sacrifica la forma estética de su poesía —siempre «trabajada»—, en aras del «compromiso social» que la inspira. El poema Cartilla (poética), incluido en el libro Que trata de España, no puede ser más explícito al respecto:

La poesía tiene sus derechos.

Lo sé.

Soy el primero en sudar tinta

delante del papel.

 

La poesía crea las palabras.

Lo sé.

Esto es verdad y sigue siéndolo

diciéndola al revés.

 

La poesía exige ser sinceros.

Lo sé.

Le pido a Dios que me perdone

y a todo dios, excúsenme.

 

La poesía atañe a lo esencial

del ser.

No lo repitan tantas veces,

repito que lo sé.

 

Ahora viene el pero.

 

La poesía tiene sus deberes.

Igual que un colegial.

Entre yo y ella hay un contrato

social.

 

Ah las palabras más maravillosas,

«rosa», «poema», «mar»,

son m pura y otras letras:

o, a…

 

Si hay un alma sincera, que se guarde

(en el almario) su cantar.

¿Cantos de vida y esperanza,

serán?

 

Pero yo no he venido a ver el cielo,

te advierto. Lo esencial

es la existencia; la conciencia

de estar

en esta clase o en la otra.

 

Es un deber elemental.

Y si Otero elige palabras y expresiones de la gente común para hacer patente su «compromiso social» con la mayoría, lo hace porque está convencido de la fuerza creadora que comportan. Y así lo manifiesta en este otro poema, titulado Palabra viva y de repente, que también pertenece a Que trata de España:

Me gustan las palabras de la gente.

Parece que se tocan, que se palpan.

Los libros, no; las páginas se mueven

como fantasmas.

Pero mi gente dice cosas formidables,

que hacen temblar a la gramática.

¡Cuánto del cortar la frase,

cuánta de la voz bordada!

Da vergüenza encender una cerilla,

quiero decir un verso en una página,

ante estos hombres de anchas sílabas,

que almuerzan con pedazos de palabras.

Recuerdo que una tarde

en la estación de Almadén, una anciana

sentenció, despacio: «—Sí, sí; pero el cielo y el infierno

está aquí». Y lo clavó

con esa n que faltaba.

Obras

 

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3.1. Intertextualidad en la obra de Blas de Otero

Una de las características que, de modo particular, definen la poesía de Blas de Otero es la intertextualidad, es decir, la inserción en sus propios textos de palabras procedentes de otros textos. Cuando Otero utiliza una cita ajena, a veces menciona la fuente de procedencia, que puede aparecer como epígrafe, con el nombre de su autor o solo con sus iniciales. Sin embargo, lo más frecuente es que entrelace la cita con sus propias palabras —omitiendo el origen de aquella— y que recurra a muy diversas modalidades de incorporación, a fin de que el texto propio converja con el de los autores de referencia. De ninguna manera intenta Otero ocultar —y menos disfrazar— la repercusión del texto ajeno en el suyo; antes por el contrario, se sirve de él para provocar un diálogo intertextual que enriquezca el texto propio con los antiguos significados procedentes del texto que recoge. Los procedimientos de intertextualidad se manifiestan en la obra de Otero por dos vías fundamentales: ya sea mediante la modificación o ruptura de una frase hecha, refrán o dicho popular, ya sea mediante alusión, parodia, cita de textos literarios cultos o de fuentes populares. Tales incorporaciones textuales se pueden presentar de forma aislada, o bien entrelazadas a modo de un diálogo en la sombra entre distintos discursos asimilados y transformados; y, de esta manera, el nuevo texto obtenido se carga de conceptos complejos, de valores simbólicos, en una forma condensada que revela un lento proceso de gestación. Esta «sinfonía de voces» ajenas es, a menudo, homenaje y señal de admiración hacia determinados escritores con los que Otero comparte problemas de orden estético o filiación ideológica; en otras ocasiones, le sirve para polemizar o criticar el ideario de un determinado escritor; y, a veces, no pasa de ser un complejo juego de virtuosismo formal del que se sirve el poeta para exhibir su intensa capacidad creadora. (Cf. Carlos Bousoño: «Un ensayo de estilística explicativa: ruptura de una sistema formado por una frase hecha». En el volumen Homenaje universitario a Dámaso Alonso. Madrid, editorial Gredos, 1970, págs. 69-84).

Como claros ejemplos de intertextualidad citaremos dos. El primero de ellos nos remite a Góngora: el título del libro de Otero Ángel fieramente humano está tomado de un verso gongorino, incluido en el soneto que comienza con el verso «Suspiros tristes, lágrimas cansadas», y que concluye con el siguiente terceto:

porque aquel ángel fieramente humano

no crea mi dolor, y así es mi fruto

llorar sin premio y suspirar en vano.

Y Otero reutiliza el verso de Góngora en el soneto Cántico —que pertenece a Redoble de conciencia— y, en concreto, también en el segundo terceto:

y se derrumban como un mar de plomo.

¡Ay, ese ángel fieramente humano

corre a salvarnos, y no sabe cómo!

Y en cuanto al segundo ejemplo, en el espléndido soneto que comienza con el verso «Cuerpo de la mujer, río de oro...», Otero incluye una cita de un verso de Francisco de Quevedo —«Tántalo en fugitiva fuente de oro»—, que pertenece al soneto Afectos varios de su corazón, fluctuando en las ondas de los cabellos de Lisi, y cuyo último terceto es este:

Avaro y rico, y pobre en el tesoro,

el castigo y la hambre imita a Midas,

Tántalo en fugitiva fuente de oro.

 

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3.2. Los recursos estilístico-lingüísticos de la poesía de Otero

Obras

Seguidamente se comenta el poema Anchas sílabas, en un breve análisis que nos va a permitir poner de relieve la sorprendente gama de recursos técnicos que conforman lingüísticamente la poesía de Blas de Otero, y que le confieren una alta eficacia expresiva.

[El poema está incluido en la obra En castellano (Barcelona, Editorial Lumen, 1982, 2.ª edición. Colección Poesía, núm. 25). Ante las insalvables dificultades para su publicación en España, el libro En Castellano ve la luz en Francia, en 1959, en edición bilingüe —Parler Clair—, con traducción de Claude Couffon. Un año más tarde, este libro aparece publicado en México, por la Universidad Autónoma; y también en 1960, Losada publica en Buenos Aires Con la inmensa mayoría: Pido la paz y la palabra. En Castellano].

Que mi pie te despierte, sombra a sombra

he bajado hasta el fondo de la patria.

Hoja a hoja, hasta dar con la raíz

amarga de mi patria.

 

Que mi fe te levante, sima a sima

he salido a la luz de la esperanza.

Hombro a hombro, hasta ver un pueblo en pie

de paz, izando un alba.

 

Que mi voz brille libre, letra a letra

restregué contra el aire las palabras.

Ah, las palabras. Alguien heló

los labios —bajo el sol— de España.

En un poema de sorprendente trabazón interna, Otero proclama su fe en la superación de una concepción amarga de la patria (estrofa 1) y pone todas sus esperanzas en el logro de una paz social entre los españoles (estrofa 2), a cuya consecución dedica con ahínco su palabra poética en unos momentos de difícil convivencia (estrofa 3).

Las tres estrofas tienen cuatro versos y presentan una misma rima asonante en los pares. Las estrofas primera y segunda repiten la misma distribución silábica en sus versos: 11A-11B-11C-y7b; y los esquemas rítmicos de sus endecasílabos son idénticos (y muy similares los de los heptasílabos), según puede comprobarse a continuación:

  • Versos 1 y 5, endecasílabos. Sílabas acentuadas: 3.ª, 6.ª, 8.ª y 10.ª
  • Versos 2 y 6, endecasílabos. Sílabas acentuadas: 3.ª, 6.ª, y 10.ª
  • Versos 3 y 7, endecasílabos. Sílabas acentuadas: 1.ª, 3.ª, 6.ª, y 10.ª
  • Verso 4, heptasílabo. Sílabas acentuadas: 2.ª y 6.ª
  • Verso 8, heptasílabo. Silabas acentuadas: 2.ª, 4.ª y 6.ª

En cambio, la tercera estrofa tiene otra estructura silábica y rítmica:

  • Verso 9, endecasílabo. Sílabas acentuadas: 3.ª, 4.ª, 6.ª, 8.ª y 10.ª
  • Verso 10, endecasílabo. Sílabas acentuadas: 3.ª, 6.ª y 10.ª
  • Verso 11, decasílabo oxítono. Sílabas acentuadas: 1.ª, 4.ª, 6.ª y 9.ª
  • Verso 12. eneasílabo. Sílabas acentuadas: 2.ª, 4.ª, 6.ª y 8.ª

Especialmente relevantes son los encabalgamientos de los versos 3-4 (encabalgamiento suave: «con la raíz / amarga de mi patria», que le sirve a Otero para recalcar la profunda amargura que asocia a su concepto de España), y 7-8 (encabalgamiento abrupto, frenado en su fluir por una pausa interna: «un pueblo en pie /de paz», y ahora Otero, rompiendo la locución adjetival «en pie de guerra», y con una expresiva aliteración de /p/ en sílaba tónica, subraya sus anhelos de paz, una paz construida desde el pueblo).

En cambio el esquema métrico de la tercera estrofa coincide también con un cambio en la estructura sintáctica. Los versos 1 y 5 con los que se inician las estrofas primera y segunda desarrollan el siguiente conjunto paralelístico: oración optativa introducida por la conjunción que (A) + núcleo del sujeto formado por determinante posesivo de primera persona singular —un poseedor, una cosa poseída— seguido de un nombre (B) + pronombre personal átono de segunda persona, singular, en función de complemento indirecto (C) + verbo en presente de subjuntivo (D) + locución adverbial iterativa (E); es decir:

  • que (A1) + mi pie (B1) + te (C1) + despierte (D1) + sombra a sombra (E1)
  • que (A2) + mi fe (B2) + te (C2) + levante (D2) + sima a sima (E2)

El verso 9 con el que se inicia la tercera estrofa ofrece leves modificaciones en el esquema anterior: desaparece el complemento indirecto te, y al verbo intransitivo brille acompaña un complemento predicativo: libre. La aliteración de la bilabial sonora /b/ («voz brille libre» y la asonancia interna /í-e/ dan mayor contundencia al contenido expresado, en un verso de rica acentuación («Que mi voz brille libre, letra a letra»), y en el que la palabra voz es portadora de un acento antirrítmico, que subraya aún más la expresividad del verso.

También los versos 2 y 6 (segundo verso de las estrofas 1 y 2, respectivamente) mantienen el paralelismo en su construcción: verbo intransitivo en pretérito perfecto de indicativo (A) + complemento preposicional (B), de cuyo núcleo nominal depende otro complemento nominal (C); es decir:

  • he bajado (A1) hasta el fondo (B1) de la patria (C1)
  • he salido (A2) a la luz (B2) de la esperanza (C2)

Sin embargo, el verso 10, segundo de la tercera estrofa, no sigue el mismo esquema: el verbo transitivo restregué —en pretérito perfecto simple— va acompañado de un complemento directo —las palabras—, relegado a la posición final del verso, en un hipérbaton que responde a razones rítmicas, y entre ambos se introduce el complemento preposicional: contra el aire.

Y aun cuando los versos 3 y 7 —tercero de las estrofas primera y segunda— arrancan con una estructura parecida ([he bajado]... Hoja a hoja, hasta dar... / [he salido]... Hombro a hombro, hasta ver...), los versos 4 y 8 divergen en su composición sintáctica; al igual que ocurre en los versos 11 y 12 con los que se cierra un poema de ritmo sostenido elaborado con unos personalísimos recursos retóricos que demuestran el perfecto dominio que Otero tiene de la lengua, trabajada con todo rigor.

Obras

Monumento (bronce y mármol, año 2005) homenaje al poeta Blas de Otero, en Bilbao.
Autor: Francisco López Hernández
(Foto: gentileza de Andrés Iza Alonso http://www.fotos-bilbao.com)

 

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3.3. Poemas de Otero recomendados para leer y explorar sus recursos técnicos

Sobre la obra de Blas de Otero ofrecemos seguidamente una breve antología —con algo más de una treintena de poemas, fácilmente localizables a través de sus títulos y obras a las que pertenecen— lo suficientemente representativa como para poderse formar una idea cabal de la categoría poética de uno de los mejores artífices de la lengua castellana del siglo XX. Los poemas seleccionados pertenecen a los siguientes libros:

  • Ángel fieramente humano: «Hombre», «Tú, que hieres», «La tierra (Lo eterno)», «Entonces y además», «Crecida», «Ciegamente», «Cuerpo de la mujer, río de oro...».
  • Redoble de conciencia: «Digo vivir», «Basta», «Lástima». «Tabla rasa», «Hijos de la tierra», «Cántico».
  • Ancia: «Virante», «Paso a paso».
  • Pido la paz y la palabra: «En el principio», «Fidelidad», «En nombre de muchos», «Árboles abolidos».
  • En castellano: «Cantar de amigo», «Letra», «Zurbarán 1957», «Y otro».
  • Que trata de España: «Por venir», «Campo de amor (Canción)», «Noticias de todo el mundo», «No te aduermas», «Canción primera», «Canción cinco», «Canción once», «Dormir para olvidar...», «Todavía».
  • Hojas de Madrid con la Galerna: «Penúltima palabra».
  • Historias fingidas y verdaderas [en prosa]: «Reforma agraria», «Museo del Prado».

Obras

 

 

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4. Referencias

 

4.1. Bibliografía revisada y actualizada sobre Blas de Otero

  • ALARCOS LLORACH, Emilio: La poesía de Blas de Otero. Salamanca, Anaya, 1966. (Madrid, Anaya, 1973. Colección Temas y estudios).
  • *** Blas de Otero. Oviedo, Ediciones Nobel, 1997. Colección Clarín, núm. 8.
  • ALONSO, Dámaso: Poetas españoles contemporáneos. Madrid, editorial Gredos, 1965. Biblioteca Románica Hispánica. II. Estudios y ensayos, núm. 6. (Véase «Poesía arraigada y poesía desarraigada», págs 345-358).
  • ASCUENCE ARRIETA, José Ángel: Cómo leer a Blas de Otero. Gijón, ediciones Júcar, 1990. Colección Cómo leer, núm. 3.
  • BARANDA, Nieves y GUTIÉRREZ CARBAJO, Francisco: Poesía española contemporánea (II): La poesía social. Blas de Otero. Madrid, UNED, 2006. 1 DVD.
  • CANO, José Luis: Poesía española contemporánea. Las generaciones de posguerra. Madrid, ediciones Guadarrama, 1974. (Véase «La poesía de Blas de Otero», págs. 21-40).
  • CAÑO GARCÍA, Amelia del: Poesía escogida de Blas de Otero. Guía didáctica [de dicha selección, efectuada junto a Sabina de la Cruz]. Barcelona, Ediciones Vicens Vives, 2005, 2.ª edición Colección Clásicos hispánicos, núm. 8.
  • CRUZ, Sabina de la: Contribución a una ordenación crítica de la obra literaria de Blas de Otero. Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid, 1983.
  • GALÁN, Joaquín: El silencio imposible. Aproximación a la obra de Blas de Otero. Barcelona, Editorial Planeta, 1995. Colección Documento, núm. 371.
  • GARCÍA CARCEDO, Pilar: El ritmo en la poesía de Blas de Otero. Tesis doctoral. Madrid, Departamento de Filología Española II. Facultad de Filología. Universidad Complutense de Madrid, 1995. [biblioteca.ucm.es/tesis/19911996/H/3/AH3007501.pdf].
  • GARCÍA DE LA CONCHA, Víctor: La poesía española de 1935 a 1975. Madrid, ediciones Cátedra, 1987, 2 volúmenes. Volumen 2: «De la poesía existencial a la poesía social, 1944-1950». (Véanse las páginas dedicadas a Otero, 539-559, en el capítulo XIII, «La poesía existencial»).
  • GARROTE BERNAL, Gaspar: Claves de la obra poética de Blas de Otero. Madrid, Ciclo Editorial, 1989. Colección Claves para la lectura, núm. 6.
  • GIL DE ZÚÑIGA, Antonio: Ética y fenomenología religiosa en la poética de Blas de Otero. Valencia, Editorial ADG-N, 2011.
  • GONZÁLEZ, Ángel: La poesía y su circunstancia (Antonio Machado, Blas de Otero, Gabriel Celaya y Emilio Alarcos). Barcelona, editorial Seix Barral, 2005. Colección Biblioteca Breve.
  • HARRIS, Mary A.: La poesía de Blas de Otero. Madrid, Editorial Pliegos, 1991. Colección Pliegos de ensayo.
  • LANZ, Juan José: Alas con cadenas. Estudios sobre Blas de Otero. Sevilla, Editorial Renacimiento, 2007. Colección Iluminaciones, núm. 37.
  • LÓPEZ CASTRO, Armando: El ángel caído. Ensayos de lectura sobre Blas de Otero. Madrid, Ediciones Endymion, 2011. Colección Ensayos.
  • PÉREZ ÁLVAREZ, Ramonita: La poesía de Blas de Otero. Aproximación fonoestilística. León, Universidad de León, Secretariado de Publicaciones y Medios Audiovisuales, 1991.
  • RUANO LEÓN, Juan: Clasicismo y tradicionalidad en la obra poética de Blas de Otero. Córdoba, UCOPress, Editorial Universidad de Córdobna, 1988.
  • *** La lengua poética de Blas de Otero. Córdoba, UNED-Centro Asociado de Córdoba, 1988.
  • YANKE, Germán: Blas de Otero con los ojos abiertos. Bilbao Bizkaia Kutxa, 1999. Colección Temas vizcaínos, núm. 291.
  • ZAPIAIN LODOSO, Itziar: Aproximación a la poesía de Blas de Otero. Madrid, Narcea de Ediciones, 1983. Colección Bitácora, núm. 88.
  • http://www.fundacionblasdeotero.org/es
  • http://www.fundacionblasdeotero.org/es/bibliografia/bibliografia

 

3.2. Créditos del artículo, versión y licencia

CARRATALÁ TERUEL, F. (2016). «La obra poética de Blas de Otero». Letra 15. Revista digital de la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo» de Madrid. Año III. Nº 5. ISSN 2341-1643 [URI: http://letra15.es/L15-05/L15-05-12-Fernando.Carratala-La.obra.poetica.de.Blas.de.Otero.html]

Recibido: 8 de febrero de 2016.

Aceptado: 29 de febrero de 2016.

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