Letra 15. Revista digital
Revista digital de la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo» de Madrid - ISSN 2341-1643

Sección CARPE VERBA

Carpe Verba

12.
Cinco poemas

Rafael Soler

Rafael Soler

 

El autor (Valencia, 1947) ha publicado seis libros de poesía: Los sitios interiores (1980, accésit del Premio Juan Ramón Jiménez), Maneras de volver (2009), Las cartas que debía (2011), Ácido almíbar (2014, Premio de la Crítica Literaria Valenciana), No eres nadie hasta que te disparan (2016) y Las razones del hombre delgado (2021), así como las antologías La vida en un puño (2012) y Leer después de quemar (2018). Vivir es un asunto personal (2021) recoge su obra completa. Autor también de seis novelas y dos libros de relatos. Ha sido invitado a leer sus poemas en más de quince países, y libros suyos han sido publicados en Hungría, Japón, Italia, Estados Unidos, Ecuador, Paraguay, Bolivia, Honduras y Perú.

rafaelsolermedem@gmail.com

 

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Recitario APE Quevedo 333. Recitados por el autor. OJO

1. El viaje es lo que importa

 

Vamos al Sena decidiste

sin apretar la boca

 

y yo acepté

pues siempre fuimos dos y somos uno

 

de camino

un antipático taxista

nos dio la noticia en pésimo francés

 

flotando indiferentes a la lluvia

dos jóvenes de edades parecidas a las nuestras

alcanzaban la rive gauche de madrugada

 

ella lucía el collar que te compré

en el duty free del aeropuerto

y pálido también en su abandono

él llevaba mis zapatos de tafilete oscuro

 

todo callaron cuando un bombero anónimo

encomendó sus cuerpos

con la urgencia eficaz del funcionario

 

ahogados de la mano

ajenos al desvarío azul de las sirenas

nuestros labios compartían un único deseo

que nadie supo descifrar

 

pero esa es otra historia

que segó mi descuido y tu pistola.

 

2. Vencida en ti me reconozco

 

Recuerdo los alfanjes canela de tus manos

allí donde el talle era primero

 

acuérdate

traías ceñido el cinturón presta la boca

y escueto prometiste faltar a tus promesas

 

acuérdate

cinco de agosto

los ojos de un cangrejo vigilando

el ancho mar de Rilke

 

por recordar recuerdo

las nueve estrellas lácteas

el día en que bailaron

desnudas conmigo entre las cañas

 

y te recuerdo hermoso

por limpio la escalera de tus dientes

por ancho tú como un tanzano antiguo

 

y me recuerdo hermosa

y me recuerdo hermosa

 

recuérdame te pido qué pasó luego

si por luego entendemos nuestro ahora.

 

3. Las veces que me dejaste un hueco

 

Establezcamos antes

un protocolo que nos guíe

conciso en sus órdenes precisas

 

algo así como

prohibido mencionar el corazón

nada de excusas

beber pausadamente en cada pausa

 

un manual sencillo de combate que defina

quién habla primero

el turno de preguntas

por qué están prohibidas las pistolas

 

hay charlas que duran un suspiro

suspiros que valen una vida

vidas a punto de empezar

cuando terminan

 

lo nuestro es diferente

bien lo sabes

 

alguna discusión pelillos a la mar

el conato de una bronca quién lo diría

aquel silencio que nos duró tres meses

ancho como las espaldas de tu padre

turbio como el mío

 

pero volvamos al asunto central de este poema

 

un protocolo te decía

manual de combate si prefieres

cualquier ordenada estratagema que establezca

un final a cuatro manos con las mías

 

ropero bidón y gasolina

para pasar a fuego amor mío

nuestra vida.

 

4. Reina de las mariposas

 

Por residencia un capazo

por futuro las ruedas del triciclo

de siesta en siesta

el vuelo de una mosca

 

toca mi madre

la mano que ahora ofrezco

y es ella la que dice

que nunca morirá

 

gota candela y delantal

cuando abro los ojos

al fondo de la cuna

 

y no está.

 

5. ¡Lávate las manos!

 

Atento a sus cachorros numerados

padre hablaba de lacónicos sucesos

 

la caída del dólar por ejemplo

y el enigma pendiente de la luna de Mercurio

más alta que nosotros en su tristeza crónica

 

escanciando con vino y gaseosa

noticias prescindibles

apocalípticos desmanes de la fiebre

la aflicción que causa siempre lo perdido

 

escuchaba el reloj con su campana

escuchaba madre en la sopera

escuchaba el hule bajo el lino

 

a tenedor alzado

enumeraba las bondades del potasio

el pasado sustantivo de las truchas

los cinco punto cardinales que nacían en el sur

 

y su papada arzobispal

su labio de acero clausurado

marcaban para todos la distancia

 

camaradas de andén

pintábamos entonces de vainilla

la pregunta que nunca hicimos entre todos

por si acaso

 

discutía el reloj con su campana

suspiraba madre en la sopera

nuestra voz bien tapada con el hule bajo el lino.

 

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